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OPINIÓN - VIERNES, 26 DE MARZO DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Cuando se acerca la Semana Santa, no se por qué razón me da por ser bueno y, solamente, acordarme de cosas que ocurrieron en ese tiempo de épocas ya pasadas, y que sólo queda en el recuerdo de quienes tuvimos la suerte de haberlas vivido. Porque, sencillamente, forman parte de la historia de todos los que tuvimos esa suerte y, por supuesto de vivir para poder contarlo y, de alguna manera, por medio del boca a boca, hacerle llegar esas vivencias que forman parte de la historia de nuestra tierra, a esas generaciones que llegaron más tardes.

Lo que nos parecía de lo más normal a los que vivimos aquella época hoy, a las nuevas generaciones, acostumbrados a otra forma de vida, les parecerá, en la mayoría de los casos, algo absurdo e incomprensible.

Cómo podría entender, esta nueva generación, que los Viernes Santos los coches no circulasen y, por toda la ciudad, se guardase un silencio absoluto, que solamente se rompía el Sábado de Resurrección, donde toda la chiquillería se lanzaba a la calle, arrastrando una ristra de latas, armando un gran ruido celebrando, de esa forma, que el Mesías había resucitado.

En los tiempos en los que vivimos, a algunos le puede parecer retrograda esta actuación de los niños de aquella época. Incluso no acertarían a entender que no pudiesen andar los vehículos y se caminase en silencio sin elevar la voz. Era otra época. Era otra forma de vivir y festejar algunas de nuestras tradiciones.

Comprendo, perfectamente, el pensamiento de estas últimas generaciones que no vivieron aquella época. Y comprendo totalmente que, hoy día, sería inimaginable que los vehículos no circularan por nuestras calles y que se pasease tratando de no elevar la voz. Y ni que decir tiene que comparto lo absurdo que seria que el sábado de resurrección, toda la chiquillería, saliese a calle arrastrando una ristra de latas armando ruido.

Hay que vivir según la época que le toque hacerlo a cada uno pues, cada época, tiene una forma diferente de vida y máxime con los avances que, en los momentos actuales, tenemos. Sería de imbécil querer volver al pasado, sin seguir avanzando en la sociedad. Eso si que es ser retrogrado.

Pero dicen que todo aquel que olvida la historia de sus pueblos, está obligado a repetirla. Es sólo un dicho que jamás deberá de cumplirse y, por ello, debemos seguir unidos a los avances de la historia de la Humanidad..

Este escrito no tiene más deseo que las juventudes actuales o aquellas generaciones que nos precedieron, conozcan alguna parte de la historia de nuestra tierra que a le gente de mí época les tocó vivir pero que, sin duda alguna, forman parte de la historia de nuestra tierra.

Y la historia es justo que se conozca para, un día al hablar de ella, se tenga conocimiento de la misma, sabiendo las formas en la que se vivía, por aquella época, algunas de nuestras tradiciones. En este caso la Semana Santa de Ceuta.

Otro día seguiremos hablando de esa Semana Santa, porque hay muchas cosas que contar de ella.
 

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