Las obras que el Ministerio de Fomento, a través de la
Demarcación de Carreteras de Andalucía Occidental,
desarrolla en la bahía sur para crear un nuevo paseo
marítimo de 4,5 metros de anchura han alcanzado la última
fase y se prevé sea transitable en junio, una vez que se
terminen de colocar las barandillas y el pavimento. Después
tan sólo restará de instalar el mobiliario en estos casi dos
kilómetros de la N-352, hasta Miramar.
Los ceutíes podrán comenzar a disfrutar del nuevo paseo
marítimo de la bahía sur, en construcción desde mayo del
pasado año, a partir de este verano. Según los cálculos de
la dirección de obra, en junio se espera tener colocadas
todas las barandillas y la solería, con lo que sólo restaría
entonces de instalar el mobiliario. EL PUEBLO visitó ayer,
de la mano de los responsables de la obra, el primer tramo
en el que se observan los acabados que tendrá el paseo,
según diseño de la arquitecto María Teresa González y el
ingeniero Desiderio Morga.
A la hora de licitar el proyecto, la carretera se dividió en
dos tramos, correspondiendo el primero de ellos al que
discurre entre los puntos kilométricos 0 y 1,9 de esta
carretera, la N-352. Para una intervención posterior quedará
por ejecutar la parte que va desde la zona de Miramar hasta
la frontera del Tarajal.
El paseo luce ya a lo largo de este primer recorrido las
palmeras -washingtonias- que constituyen su ornamentación
vegetal y a las que se sumarán , con los remates, algunas
jardineras. Tal como indicaron los técnicos, es aconsejable
realizar la plantación antes de que sea colocada la solería,
para evitar tener que romperla si los cepellones son
demasiado grandes. A continuación, se han comenzado a
colocar la nueva valla, de madera y acero inoxidable, y el
pavimento, constituido por baldosas con motivos marineros.
El paseo tendrá una anchura media de 4,5 metros, que se han
obtenido, advierten los responsables de la obra, sin merma
en la anchura de la calzada. En algunos tramos, la
ampliación de la zona peatonal se ha conseguido reduciendo
el arcén.
Motivos marineros
En lo que respecta a los materiales empleados, las losetas,
de hormigón y con forma hexagonal, proceden de Barcelona,
son tipo ‘Gaudí’ y reproducen motivos relacionados con el
mar, en concreto, caracolas y calamares. Los colores de la
solería son gris verdoso, rojo/negro y beige. En la parte
externa, la que da a la carretera, hay una franja de ‘chino
lavado’.
Por su parte, a la hora de elegir la barandilla, la
arquitecto tuvo en cuenta que el material fuera más
resistente a la corrosión que la que había anteriormente, de
fundición. El nuevo vallado tiene un bastidor de acero
inoxidable especialmente indicado para este tipo de
localizaciones, donde estará sometido al efecto de la
humedad y el salitre del mar, y madera de teka en el
pasamanos. Las zapatas y soportes de la barandilla son de
hormigón armado con acabado arenado blanco.La iluminación
será indirecta, y estará inserta en los soportes de la
barandilla.
Según se explicó en la presentación del proyecto realizada
por la Delegación del Gobierno en abril de 2009, estas
obras, consideradas de “seguridad vial” y que fueron
adjudicadas a Acciona Infraestructuras, consisten en la
ampliación de plataforma para facilitar la construcción de
nuevas vías peatonales anexas a la carretera N-352. La
sección prevista en la carretera consta de dos carriles de
3,5 metros, arcén interior de 0,5 metros y acera exterior
con anchura variable y mínima de 3,6 metros separada de la
calzada con un bordillo tipo bota antirremonte, una
jardinera y una línea de bancos. De acuerdo con los mismos
datos, la avenida de Martínez Catena, contaba antes de la
obra con carriles de 4,5 a 5 metros para los vehículos.
Mientras, los peatones disponían de una media de 1,9 metros
para el tránsito en la margen marítima, siendo en algunos
tramos inferior a 1,5 metros. “Además, la barandilla,
bastante deteriorada y corroída, por lo que será demolida y
repuesta completamente”, explicaban. Se pretendía de este
modo “ganar una plataforma de al menos 4,5 metros para la
zona peatonal, a costa de los carriles de la vía, que están
sobredimensionados”. El proyecto contemplaba dicha reducción
“hasta un ancho normalizado de 3,5 metros (habitual en
cualquier autovía o carretera) con la obra de refuerzo del
pavimento, así como el repintado de marcas viales, dejando
el espacio necesario para trabajar en el nuevo paseo sin
producir demasiadas molestias al tráfico”.
|