Un programa educativo, desarrollado por la Universidad de
Granada, permite prevenir comportamientos antisociales en
niños de sólo 3 años de edad. El programa “Aprender a
convivir” ha logrado que un 90% de los pequeños interaccione
más con sus iguales, y que un 86% mejore en factores como la
ansiedad/depresión, la timidez o el aislamiento social. Los
investigadores de la UGR trabajaron con una muestra formada
por 131 niños y niñas durante 3 meses
Investigadores de la Universidad de Granada han desarrollado
por primera vez en España un programa de intervención,
dirigido a niños de 3 años, que permite prevenir el
comportamiento antisocial cuando sean adultos.
El programa, denominado “Aprender a Convivir”, ha permitido,
en su primer año de aplicación, que un 90% de los niños
participantes interaccione más con sus iguales, y que un 86%
mejore en factores como la ansiedad/depresión, quejas
somáticas, timidez, reactividad emocional o aislamiento
social.
Para llevar a cabo este trabajo, financiado por el
Ministerio de Educación y Ciencia, sus autores emplearon una
muestra formada por 131 niños y niñas de 3 años.
El grupo control estuvo formado por 53 sujetos, y el grupo
experimental por 78. Estos últimos recibieron la formación
del programa “Aprender a Convivir”, que se llevó a cabo a lo
largo de tres meses, siendo evaluados los niños antes y
después de la intervención.
El programa estuvo dividido en cuatro bloques temáticos, de
tres semanas de duración cada uno, y cada semana se llevan a
cabo dos sesiones de una media hora de duración cada una.
En una primera parte de la sesión, tres marionetas
transmitían a los niños los contenidos que iban a trabajar,
para posteriormente reforzarlos realizando diversas
actividades en pequeños grupos.
Niños más autónomos
A la luz de los resultados obtenidos, los niños y niñas que
participaron en el programa “Aprender a Convivir” son más
autónomos, cumplen en mayor medida las normas establecidas,
comparten con sus iguales, saben reconocer los sentimientos
de los demás y expresar los suyos propios, se ayudan tanto
entre ellos como a sus maestros, saben escuchar, pedir
perdón, dar las gracias y presentan menos conductas
agresivas y violentas que los demás.
Este trabajo de investigación ha sido llevado a cabo por
María Fernández Cabezas, del Departamento de Psicología
Evolutiva y de la Educación de la UGR, y dirigido por los
profesores Fernando Justicia Justicia, Carmen Pichardo
Martínez y Trinidad García Berbén. No obstante, se trata de
parte de un estudio longitudinal de 5 años de duración, en
el que se pretende conocer los efectos del entrenamiento en
competencia social, desde la infancia temprana, en la
reducción de problemas de conducta.
Rendimiento académico
Tras participar en “Aprender a Convivir”, el porcentaje de
niños que puntúan alto en Competencia Social aumentó de un
7.8% a un 47.8%. En relación con los problemas de conducta,
el programa logró disminuir de un 27.8 a un 11.9 el
porcentaje de niños con puntuaciones elevadas en esta
variable. Además, el 60% de los participantes mejoró sus
problemas de atención e hiperactividad, lo que supondrá
posiblemente un aumento importante del aprendizaje y
rendimiento académico.
A raíz de este trabajo, los investigadores de la UGR
destacan la necesidad de introducir en el currículum de
educación infantil la enseñanza de contenidos
socioemocionales, además de los académicos, especialmente de
manera sistemática y rigurosa, a la vez que evaluando los
resultados.
“Es positivo, por ello, que el programa pueda llevarse a
cabo por los maestros en un futuro y que los resultados se
generalicen a otros contextos como, por ejemplo, las
familias”, apostilla María Fernández Cabezas.
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