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OPINIÓN - MARTES, 23 DE MARZO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Master de cara dura
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Juan Luis Aróstegui, convencido desde que tenía pantalón corto de estar superdotado para pensar bien y accionar mejor, vive desde hace muchos años la amargura de sentirse despreciado por los votantes de esta tierra. Ciudadanos a los que a su vez él detesta por negarle la posibilidad de participar en la política activa, con mando y ordeno en el Ayuntamiento. Lo cual es normal en alguien que ha dado siempre muestras evidentes de padecer de ‘bovarismo’: “Estado de insatisfacción debido al desajuste entre la alta concepción de sí que tiene y sus condiciones reales”.

Aróstegui ha estado siempre necesitado de reconocimiento público. Y viendo que nunca lo ha tenido (ni siquiera cuando galleaba como concejal aliado con un partido socialista, que ya daba muestras de extenuación crónica, en Ceuta), en la medida deseada, ha jugado su última baza para hacerse con un escaño cual opositor en las próximas elecciones.

Aróstegui ha hecho la mar de bien trajinándose la voluntad de Mohamed Alí para que éste le ofreciera la oportunidad de formar parte de una coalición sin la cual le resultaría imposible cumplir su sueño: volver a ser concejal para hacer de filibustero en los plenos. Una obsesión que ha podido causarle problemas y trastornos graves. A partir de ahora, Aróstegui, provinciano donde los haya, está en su perfecto derecho de vivir con optimismo el saber que puede convertirse en jefe de tribu y poblado, con el fin de empequeñecer aún más el territorio donde vive. Y será así, sin ningún género de duda, porque UDCE es ya historia. Y Alí, su líder, terminará, más pronto que tarde, derramando lágrimas por haberse entregado en cuerpo y alma a los dictados de un charlatán, Aróstegui, con labia rancia y escritura acorde con la época de papados medievales.

Eso sí, conviene decir cuanto antes que al líder del PSPC no se le puede discutir su agudo sentido comercial. Una cualidad que jamás fue puesta en duda por quienes saben vida y milagros de este sindicalista con ínfulas de caberle el Estado en la cabeza. Y dado que Juan Vivas lo conoce en todos los sentidos, seguramente le hará un traje sustancioso a la medida para, llegado el caso, templarle la acometida y ponerlo en la suerte que más le interese al PP. Una jugada que hará tanta mella en Alí, político honrado donde los haya, como para que abandone la política activa.

Pero dejemos a un lado la anticipación de acontecimientos, a fin de recordar que en el PSPC se encuentran los seguidores que más se han distinguido por defender que los cargos políticos de Ceuta tenían que ser para los ‘caballas’. Ahora, sin el menor sonrojo, los de Aróstegui no dudan en acusar a sus mayores de haber paseado la calle con un “matasellos en el bolsillo para señalar –mejor marcar, ¿o no?- con fuego (como el terrateniente a su ganado) lo que es auténtico de esta tierra”. Menuda desfachatez. Y, por si fuera poco, también dicen en un comunicado los ‘caballas de pura sangre’, entre otras cosas, lo siguiente: “Bienvenidos todos los que creen en la libertad de expresión y de información y no quieran medios de comunicación que sean sólo voceros de quien les paga con el dinero de todos los ceutíes”. Y lo dice Aróstegui: acaparador de todos los medios, todos los días y durante casi dos décadas. Está demostrado que el Fulano ha hecho un master de cara dura.

(María del Carmen Porras Muñoz puede ser Premio (!) Planeta.)
 

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