Parte de la patronal ceutí llama
hoy la atención en las páginas de este periódico por los
retrasos y sobrecostes innecesarios e injustificados que las
revisiones de Aduanas están generando en la recepción y
envío de mercancías con la Península. En primer lugar debe
aplaudirse la responsabilidad de los afectados, que en
ningún caso ponen en duda la necesidad de que dichos
controles se mantengan. Ello no es óbice, sin embargo, para
que pongan en la picota determinadas actitudes
administrativas que inopinadamente complican el ya de por sí
difícil desenvolvimiento económico en la ciudad debido a sus
múltiples condicionamientos estructurales. Es obligación de
las instituciones remover los que están en su mano para
seguir exigiendo lo propio con los que no lo están.
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