La materia de los sueños está aún por definir. Nosotros
somos Caballas y vosotros ¿qué sois? Nosotros somos Caballas
y no vamos a permitir que nadie más desde ahora mismo y en
adelante nos hurte esa esencia y se la apropie para
tergiversarla y malversarla con el único objetivo de sacar
provecho de sus intereses. Un auténtico caballa quiere una
Ceuta mejor para todos los que habitan en ella, no sólo para
unos pocos amigos y sus familias. La realidad no admite
réplica. La realidad es terca y obstinada. La Convivencia,
el mestizaje, la multiculturalidad en Ceuta no son una
poesía, ni son redondas llamadas a turistas, ni brindis al
sol, ni tampoco un eslogan electoral. No son un premio, ni
una fundación. Menos, una sola frase. La multiculturalidad
en Ceuta no está en venta. MULTICULTURALIDAD ES ESTO.
CONVIVENCIA ES ESTO. Es señalar dificultades y retos comunes
y aunar esfuerzos para superarlos y ver ponerse el sol
siendo un poco mejores que cuando salió por la mañana. Uno
mismo y todos juntos, como sociedad, como ciudad.
Muchos de los que lean esto no se sentirán Caballas, nunca
lo han sentido. Y pensarán con parte de razón: ¿qué
excluyente es esta gente? Tienen parte de razón, pero sólo
una parte. Hasta ahora cuando se utilizaba el término
caballa era de forma exclusiva. Caballas eran hasta hoy sólo
unos pocos ceutíes, nacidos aquí. Gente que paseaba por la
calle con un matasellos en el bolsillo para señalar con
fuego (como el terrateniente a su ganado) lo que es
auténtico de esta tierra. Aún hoy, unos pocos se creen aquí
en Ceuta dueños de la denominación de origen, amos de la
tierra y de todo lo que se mueva por encima de la misma. No
se han enterado que la tierra no tiene creencia, ni Dios al
que rezar, ni diezmo que pagar. Ni acostumbra a celebrar
nada. La tierra, Ceuta, no tiene dueño. No tiene un futuro,
ni un porvenir. Ceuta es un bello recipiente, pero que nadie
olvide la lección de la historia. Un día fue romana; otro,
fenicia; otro, musulmana; otro, portuguesa; otro, cristiana.
Y siempre fue hogar de mujeres y hombres. Los que hoy
pisamos esta tierra no la hemos heredado como bien en
propiedad, nos la han prestado por un tiempo.
Las mujeres y hombres que pasean por encima de esta tierra
con sus creencias diversas, nacidos aquí o venidos de fuera
para trabajar y labrarse un futuro, con más o menos raíces
entrelazadas bajo la superficie de esta bella y fuerte
ciudad, todos ellos son dueños de su futuro como pueblo,
como sociedad y como Ciudad. Son autónomos y no tienen
porqué tolerar que nadie les imponga un sello por no haber
nacido aquí o por no tener una determinada creencia.
Bienvenidos los ateos, los hebreos, los hindúes, los
budistas, los musulmanes, los cristianos y los taoístas…
Bienvenidos los andaluces, los extremeños, los madrileños,
los catalanes, los valencianos, los melillenses, los
gallegos, los castellanos, los vascos, los asturianos, los
inmigrantes… Bienvenidos todos los que quieran arrimar el
hombro para trabajar por Ceuta, por lograr una sociedad
mejor. Ceutí es el que nació aquí, caballa es además el que
vive aquí, el que sufre aquí, en esta Ceuta nuestra del
siglo XXI y que muchos se empeñan en que siga en la Edad
Media. Bienvenidos todos los que anhelen, los que sueñen con
un futuro mejor, con una vida por venir para sí y para sus
seres queridos y también para el vecino desconocido llena de
progreso y convivencia no sólo pacífica, sino también
comprensiva, solidaria, cercana y entrelazada, mezclada. Una
vida, un futuro, un porvenir, humano y multicultural en
Ceuta.
Bienvenidos todos los que quieran un barco más barato, una
educación mejor, un respeto a las tradiciones de cada uno,
comenzando por su lengua materna, un trabajo digno, una
sanidad digna, una sociedad en la que no haya que conocer a
alguien para poder tener un empleo sino que baste con
conocer un oficio, con estar preparado para un trabajo y no
para arrodillarse en un despacho (ya sea en sentido figurado
o literal). Bienvenidos los que crean de verdad en que el
mayor tesoro de Ceuta es la diversidad de sus habitantes.
Bienvenidos los que estén convencidos de que no hay
abundancia feliz si el vecino tiene miseria y desgracia.
Bienvenidos ellas: madres y esposas, sí, pero también
doctoras, enfermeras, juezas, catedráticas, directivas,
limpiadoras, iguales a ellos: padres y esposos. Con los
mismos derechos y obligaciones.
Bienvenidos quienes no quieran especular con el futuro de
Ceuta y tengan claro que no hacen falta más estudios, que
tenemos derecho a igualarnos con el resto de los españoles y
ser Comunidad Autónoma, tal y como proclama la Constitución.
Ese sí es un buen estudio que acredita la viabilidad de ser
Comunidad Autónoma. Hay quien se cree más español que nadie
y en cambio a la hora de hacer cumplir este punto de la
Constitución le tiembla el pulso.
Bienvenidos quienes no tengan duda de que Ceuta es España.
Quienes quieran una mayor protección de la Unión Europea
para esta ciudad. Bienvenidos quienes quieran trabajar por
transformar el actual modelo económico de Ceuta. Acabado y
obsoleto, con cientos de informes que diagnostican los
problemas y señalan las soluciones y que han criado polvo en
los cajones de los despachos de quienes nos han venido
gobernando en la última década. No tienen credibilidad para
decir que van a cambiarlo porque han dejado pasar todos los
trenes y siguen sentados en su poltrona, preocupados sólo de
los suyos.
Bienvenidos todos los que crean en la libertad de expresión
y de información y no quieran medios de comunicación que
sean sólo voceros de quien les paga con el dinero de todos
los ceutíes. Quienes sientan que no hay democracia posible
sin pluralismo informativo. Aquí encontrarán su sitio.
Quienes quieran acabar con el fracaso escolar de una vez por
todas, atajando el problema con sinceridad y sin miedos y
complejos, bienvenidos también.
Bienvenidos quienes crean que el Estado puede hacer más por
Ceuta y que pudo hacer mucho más. Quienes crean que otro
Príncipe es posible, que hay que mejorar no sólo el centro
sino también los barrios no con promesas que nunca se
cumplen sino con hechos y obras tangibles desde ya. Obras
que debieron haber comenzado hace mucho tiempo y que en
cambio ni después de una década tienen planos dibujados.
Tuvieron su oportunidad de hacerlo y no lo hicieron.
Bienvenidos quienes crean que el futuro es de nuestros hijos
y que no habrá porvenir para ellos sin otra economía, sin un
respeto mayor al Medio Ambiente, sin cultura y deporte
asequible para todos. Y sobretodo sin respeto al vecino que
piensa diferente, sin respeto a otras creencias, sin mentes
abiertas.
Bienvenidos quienes quieran que entre todos construyamos el
concepto de lo que es un caballa, quienes quieran que todos
los que vivimos en Ceuta, trabajamos en Ceuta, nos
enamoramos en y de Ceuta y morimos por Ceuta seamos
Caballas.
Bienvenidos quienes sientan que quieren una Ceuta mejor, en
donde todos seamos iguales, en donde no sólo unos pocos
elegidos se sientan amos de la tierra, en donde unos pocos
se sientan sólo ellos caballas.
Ceuta, dicen quienes quieren hipnotizarnos con su capote de
sonrisas, amables formas y saludos por doquier detrás del
que esconden favores a cambio de favores, enchufismos,
amiguismos y en general una espada con la que matar a la
democracia y al progreso de esta ciudad… Dicen ellos. Se les
llena la boca diciendo que Ceuta es un crisol de culturas.
Pues yo les recuerdo lo que es un crisol: sólo un
recipiente. Un recipiente en el que se introducen diversos
metales de composición, formas, comportamientos y esencias
diversas para que con el fuego, calentándolos, se fundan y
formen un cuerpo nuevo y único. Ceuta es eso: un crisol.
Algunos se han empeñado en apagar el fuego que nos haga
únicos, que nos funda en un solo cuerpo. Falta el fuego.
Falta la energía que nos funda. La que nos una. Falta porque
quienes se sienten dueños del crisol, del recipiente que es
Ceuta no tienen en realidad energía, ni creen en el valor
del crisol. Nunca han tenido ni fe en Ceuta, ni energía para
transformarla. Apagaron el fuego con gélidas y fingidas
sonrisas, con apretones de manos que no dan ánimo, ni calor,
ni son sinceros, ni generan energía. Con promesas
incumplidas. Tuvieron su oportunidad de calentar el crisol y
no lo hicieron. Nosotros hoy encendemos ese fuego para que
hoy nazca la Ceuta del mañana. Para que comiencen todos y
todas las caballas a fundirse de verdad al abrigo de la
amistad, del respeto, de la solidaridad y de la verdadera
sensibilidad para con el que es distinto.
Hoy encendemos el fuego. Comenzamos a calentar el crisol que
somos. La mezcla resultante será seguro ejemplo a seguir.
Calentará tanto este fuego que se dejará sentir por muchos
años y dará calor a los hogares de nuestros hijos, que por
fin podrán sentirse orgullos de sus padres y abuelos. Hoy
prendemos el fuego que le faltaba al crisol de esta Ceuta
multicultural. Hoy los que habitamos esta tierra damos un
paso al frente encendemos un fuego y comenzamos a fundirnos
unos con otros. Lo que salga de ese fundido ya tiene nombre,
serán caballas. Hoy empieza la verdadera convivencia.
Bienvenidos. Nosotros somos Caballas, nosotros queremos ser
Caballas. Y vosotros ¿qué sois? ¿Qué queréis ser?
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