En su momento, en otro medio, ya
lo escribí:” Luis Roldán ha sido, sin duda, el tunante más
descarado, el pícaro más pícaro y el desvergonzado, por
excelencia, de nuestro país, que se sigue llamando España”.
No cabe duda de que Roldán fue el fruto, nada a contrapelo,
de los momentos políticos más esperpénticos, plagados de
irregularidades, de la decadencia del felipismo, a mediados
de la década de los 90.
Luis Roldán no habría cabido entre los altos cargos
políticos, a dedo, del comienzo del PSOE en el poder, allá
por 1982 hasta 1986. Luego, poco a poco, los rodillos de las
mayorías absolutas parecía que iban trayendo el “vale todo”
y en ese barullo, de la mano del ministro de “la patada en
la puerta”, aquel electricista que llegó a ministro del
Interior y con él, a su lado, llevó a Roldán a dirigir el
cuerpo de la Guardia Civil.
Roldán fue el primer civil que estaba al frente de este
prestigioso cuerpo. Ya en aquellos momentos en los que
apareció el escándalo dijimos:” ni este desvergonzado podía
llegar a más, ni a la Guardia Civil se la podía poner como
superior a un pícaro como es éste”.
Ahora, como si ya nada hubiera pasado, Luis Roldán dice:” He
pagado duramente por lo que hice y otros se han ido de
rositas”. La cara de este “geta” no tiene parangón con nada.
¿Cómo que ha pagado?. Pagar, pagar sería haber devuelto el
dinero y de aquellos 10 millones de €, si es que no fueron
más, no se volvió a ver un céntimo.
Nuestras leyes, es cierto, son las que son, ya va siendo
hora de que, en vez de tanta propaganda que se hace con
nuevas leyes para la galería, se vaya reformando el sistema,
para que en casos como éste: cohecho, malversación de
caudales públicos, estafa y delito contra la Hacienda
Pública, en las cantidades que este hizo, reciban una
sanción que sea ejemplar, para el presente y el futuro.
Porque el “angelito” además de no haber devuelto una peseta,
entonces era la época de las pesetas, de las que sacó,
incluso, de la caja de los huérfanos de la Guardia Civil, o
de lo que se quedó con aquello de la obras en los cuarteles,
o de todo lo que “limpió”, además de eso nos ha costado el
que el poco tiempo que estuvo en la cárcel, siempre que iba
a “estudiar” a Madrid, le hemos tenido que llevar en coche,
desde la “cárcel de mujeres” de Brieva, en Ávila, que es
donde estuvo esos primeros años de cárcel, demasiado pocos
para lo que hubiéramos querido desde fuera.
Este pájaro nos saqueó y como recompensa le permitimos que
estuviera yendo a clase en coche oficial y todo.
Eso, todo eso, lo ha pagado con 15 años de privación de
libertad, de los que los últimos 5, al haber obtenido el
segundo grado penitenciario sólo iba a la cárcel a dormir.
Y ahora, ya en la calle, el propio Roldán decía:”se ha
cumplido un trámite de acuerdo con la ley penal, ya no tengo
que venir a dormir, estoy libre”. Me da vergüenza que en mi
país haya personajes de este pelaje. Y es que esto era todo,
cuando realmente tendría que haber estado más de otros 15
años, puesto que, en su día, fue condenado a 31 años de
prisión por cohecho, falsedad en documento mercantil,
malversación de caudales públicos y todo lo que iba
acompañando. Y digo que me avergüenza su salida tan pronto,
porque esta forma de cumplir con su pasado puede estimular a
muchos a hacer lo mismo en el futuro.
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