La Ciudad Autónoma acusó ayer al Gobierno central de dar un
“trato indecente” a los melillenses en materia de
transporte, al considerar que en numerosos puntos del país
está acometiendo obras para favorecer los desplazamientos
rápidos mediante AVE y autopistas, pero en Melilla “no hace
absolutamente nada”. El Ejecutivo local fue especialmente
duro con este asunto porque el transporte “es uno de los
problemas más importantes que tiene la ciudad junto con el
desempleo”.
A preguntas de los periodistas, el presidente accidental del
Gobierno de Melilla, Miguel Marín, recordó ayer que desde la
Ciudad Autónoma “llevamos años demandando un compromiso” del
Gobierno socialista para intentar abaratar las tarifas de
avión, lo que supondría una inversión no superior a 3 ó 4
millones de euros.
Mientras tanto, “a lo largo de la geografía española estamos
viendo que están inaugurando kilómetros y kilómetros de AVE,
autovías y autopistas, y nuevas terminales”. Marín puso el
ejemplo de la terminal 3 del aeropuerto de Málaga,
inaugurada el lunes, que ha supuesto una inversión del
Ministerio de Fomento de casi 500 millones de euros, y
también la ampliación por las distintas comunidades
autónomas de la red de AVE, en la que la construcción de
cada kilómetro cuesta unos 20 millones de euros. “Estamos
cansados de ver cómo los españoles que viven en la Península
pueden gozar de distintos medios de transporte, ya no sólo
decentes, sino también rápidos, muy buenos y muy baratos, y
que los melillenses tengamos que estar pagando cantidades
desorbitadas por el precio del billete del avión”, lamentó
Marín.
Recordó que una persona que no resida en Melilla y quiera
desplazarse a la ciudad desde Madrid, debe desembolsar 800
euros, cantidad que se reduce a la mitad, 400 euros, en el
caso de los residentes, dada la bonificación del 50% que
financia el Ministerio de Fomento en los territorios
insulares. “Es una auténtica barbaridad”, subrayó Marín, que
consideró que la Comisión del Transporte Aéreo, abierta
entre la Ciudad Autónoma y el Ministerio de Fomento en
septiembre para buscar soluciones urgentes a la carestía del
avión, “sólo ha servido para tomarnos el pelo”.
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