La base de la felicidad de las personas consiste en poder
satisfacer su necesidad fundamental de “querer y ser
queridas”, en el significado etimológico del cariño como
“cuidado atento” a otra persona.
El psicoanálisis nos enseña que la carencia de este cuidado
atento puede producir cuatro tipos de sentimientos: la
angustia, el vacío, el dolor o la tristeza, a su vez
causantes de neurosis, depresiones y traumas psicológicos,
cuya repercusión depende de la etapa vital en que se
producen. Esta necesidad de “querer y ser querido” se
manifiesta a la edad temprana de los dos meses y nos
acompaña en toda nuestra vida, aunque hay etapas más
críticas en las que su ausencia produce más vivamente ese
vacío existencial.
Las características de esos sentimientos de ausencias o
vacíos interiores dependen de la edad en que se descubren;
pero me quiero referir hoy, por su frecuencia en las
consultas, a los que se manifiestan en hombres y mujeres
alrededor de los cincuenta años. En las mujeres, en esa edad
crítica biológicamente, a menudo con las fundamentales
tareas de crianzas en situación muy avanzada, empiezan a
detectar los vacíos y carencias producidos por falta del
“cuidado atento” que les haga sentirse valoradas como mujer
y como persona, y considerarse importante para aquellos a
los que quiere.
En el caso de los varones de esas edades, que han sido
probablemente educados para desempeñar otros tipos de roles
sociales y familiares que los que los tiempos modernos les
exigen, es frecuente que aparezca lo que se denomina
“malestar masculino”, con una sensación de estar perdidos,
incapaces de dar respuesta a lo que la sociedad les está
demandando, produciéndoles unas inseguridades, unos vacíos,
fundamentalmente por la no aceptación de su vulnerabilidad.
El siglo XXI se identifica con el vacío a todos los niveles:
en la persona, en los valores, en la sociedad. Y estos
vacíos, estas carencias, son la mayor forma de pobreza de la
humanidad. Ya decía la madre Teresa de Calcuta, dedicada a
los pobres entre los más pobres, que el auténtico pobre es
el que carece de amor.
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