LUNES. 15
Lorenzo Linares es abogado. Y pertenece a una familia
de abogados. Puesto que dos hermanas suyas lo son también.
El que los tres hermanos hayan hecho esa carrera dice mucho
a favor de los padres. De quienes me consta el sacrificio
que hicieron para que sus hijos consiguieran esa
licenciatura. Pero hoy no voy a referirme a esa
extraordinaria labor. Hoy sólo quiero decir que me he
encontrado con Lorenzo y que, como siempre que nos vemos,
nos hemos puestos a charlar. Y él, en cuanto le he permitido
meter baza en la conversación, no ha dudado en decirme lo
mucho que le gusta leer cuanto escribo en este periódico. Y
a mí, lógicamente, sus palabras me llenan de dicha. Mentiría
si dijera lo contrario. Máxime cuando quien así se expresa
es persona cultivada y poco dada a celebrar nada porque sí.
Aunque Lorenzo siempre me tuvo ley. Pues bien, a pesar de
ello, no dejo de celebrar las palabras de mi estimado
Lorenzo.
MARTES. 16
Me quedo a comer en el Hotel Tryp. Lo hago en compañía de
alguien que está al cabo de cuanto sucede en la calle. Y
cuando nuestra conversación está a punto de sufrir una
bajada de tensión aparece M. Mímón El Arbi: un
empresario nacido en Ceuta pero que se ha abierto camino
como empresario en Marruecos. A Mimón El Arbi lo conocí yo,
por primera vez, gracias a Pepe Ávila, director del
Hotel Try, y desde entonces aprovechamos cualquier
oportunidad para trabar conversación. Hombre educado,
afable, sencillo, y con poder de persuasión, tiene el mejor
conocimiento acerca de cómo debemos actuar para que el
comercio sea una realidad boyante en esta tierra. La
sobremesa con Mimón es tan agradable como instructiva. De
modo que hemos quedado en repetirla en cuanto podamos. Y es
que con personas así uno no se cansa jamás de pegar la
hebra. A propósito: ‘Pegar la hebra’ significa, en palabras
llanas, entablar conversación. Y es el título de un libro
delicioso, escrito por Miguel Delibes y en el que nos
invita a conocer y participar de los temas más diversos: las
anécdotas de su trato con personajes como Orson Welles,
Francisco de Cossío o Joaquín Garrigues. Entre
otras muchas cosas interesantes.
MIÉRCOLES. 17
José Antonio Carracao y José María Más se
topan conmigo en la calle y no tienen más remedio que
pararse. Lo primero que hago es procurar por todos los
medios que el secretario general de los socialistas me ponga
al tanto de unos acuerdos que deben constarles. Pero no
consigo, por más esfuerzos que hago, sacarle ni pío al
respecto. Se cierra en banda y se niega responder a mis
preguntas. No obstante, como de memoria, para lo que le
interesa, anda Carracao sobrado, me recuerda lo que yo dije,
no ha mucho, acerca de que en cualquier momento él puede
tirar la toalla en su lucha para desbancar a Juan Vivas
del poder. Y lo hace así: “Que sepas, Manolo, que yo
seguiré luchando con todas mis fuerzas para tratar de
arrebatarle a Vivas la alcaldía. O sea, que ni por asomo se
me ha pasado por la cabeza ceder en mi empeño. Te lo digo
para que lo publiques. Y, sobre todo, te recuerdo que es
conveniente propalar, porque es de justicia, las muchas
inversiones que el Gobierno de España está haciendo en
Ceuta”. Ah, aprovecho la ocasión para que JAC me reciba un
día en su despacho.
JUEVES. 18
Hacía un mundo que no veía yo a Francisco Arrillaga.
Cargo importante que fue del partido socialista. Cuando en
la calle de Daoíz se respiraba ambiente de triunfo y la
gente se daba cita en la plaza del Teniente Ruiz para
celebrar los días de vinos y rosas del partido que lideraba
Felipe González. Lejos quedan ya aquellos tiempos de un
socialismo ceutí, venido a menos por causa de quienes se
afiliaron para medrar. Y cuyos nombres han quedado
registrados negativamente y para siempre en la memoria
popular. Con Arrillaga siempre me llevé la mar de bien. Y
hoy trabamos conversación acerca de cómo se están sucediendo
ciertas componendas entre políticos de uno y otro bando. Es
decir, componendas entre dirigentes socialistas y populares.
Y a medida que hablamos me voy sorprendiendo de que en la
calle se sepa ya lo que yo creía que era conocido sólo entre
bastidores. Me refiero a ciertos trapicheos que en cualquier
momento darán mucho que hablar. En fin, que en algún momento
me dirigiré a mi estimada Antonia María Palomo para
preguntarle si ella está también al tanto de la situación.
VIERNES. 19
Días atrás recibí una invitación de ‘Chocrón Joyeros’ en la
que se decía que el jueves 18, es decir, ayer, daba una
conferencia Antonio Fernández Naveiro, notario de
esta ciudad, sobre el tema “Papeles que fueron vida”. El
sitio elegido fue el llamado pomposamente Salón de Actos del
Palacio Autonómico. Y acudí a la llamada de Carlos
Chocrón, por amistad, aunque temeroso de tener que
soportar un latazo de más de una hora. Pero reconozco que me
equivoqué de pe a pa. Pues resulta que el conferenciante nos
mantuvo expectante todo el tiempo. Fernández Naveiro nos
habló del protocolo notarial. Ese conjunto de documentos
originales que un notario autoriza y custodia con ciertas
formalidades. Remontándose a siglos atrás, desembocó en el
presente, divirtiéndonos con la lectura de los acuerdos o
desacuerdos al que habían llegado los personajes aparecidos
en los textos de los documentos que el notario había
seleccionado. Lo mejor, sin duda, fue la forma de mostrarse
don Antonio. Pleno de conocimientos. Divertido. Y sobre todo
ofreciendo ramalazos indiscutibles de humor gallego y dando
pruebas evidentes de una socarronería proverbial.
SÁBADO. 20
La portada de nuestro periódico, en el día de hoy, es la que
nunca querríamos ver. Es la noticia que nos conmueve de una
manera que resulta imposible explicar. Conviene decir que la
muerte está siempre a la misma distancia de menores que de
mayores. Aunque cuando se producen las primeras la conmoción
que nos genera sea muy distinta. Porque al dolor por esas
pérdidas se suma el que nos causa el saber que hay unos
padres a quienes la vida se les puede acabar para siempre.
Poca capacidad de recuperación me imagino que debe de quedar
para soportar la existencia después de una tragedia como la
que le está tocando vivir a la madre de esos niños ahogados
en el muelle España. Por haberse precipitado al mar el coche
en el cual iban con una madre que les quería enseñar el
movimiento portuario. Hacerles disfrutar de ese ir y venir
de los barcos. Descansen en paz, esa niña de nueve años y su
hermano, de siete. Y, sobre todo, pido para que esos padres
consigan luchar contra viento y marea para que el vivir les
sea leve. Pues van a necesitar toda la ayuda de Dios y de
cuantos les rodean y les quieren.
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