Ceuta y Melilla, ¿ciudades
“corsarias” bajo bandera española?. Ahí les duele y créanme
que este escribano del “limes” solo levanta acta de una
situación cuyo dentado perfil se está abriendo paso, poco a
poco y “soto voce”, en las altas esferas, mientras la
ciudadanía sigue ignorante e inerme ante la peligrosa y
silente amenaza que se está echando encima, máxime cuando
algún putativo asesor intenta, “a título personal”, abacorar
y confundir al respetable pueblo soberano, intoxicando y
vendiendo milongas. Me gustaría saber si el desvergonzado
susodicho haría alarde de tanto “españolismo” en la
comisaría de M´diq (Rincón), donde fue tiempo ha trasladado
ignominiosamente tras ser sorprendido, in fraganti, ¡con una
menor marroquí!. ¡Ah chof, Chailo!, ¿qué estabas, acaso
catándola como otras veces por encargo para algún gordito,
por entonces popular preboste de la Ciudad Querida?.
Precisamente tú, que has sido alcahuete por partida doble,
en lo sexual y como avalista del islamismo extremista en
Ceuta. ¡Ay Vivas, Presidente, amigo!. ¡Con “asesores” como
el citado no te hacen falta enemigos!.
Y es que un dato más, harto elocuente, de la islamización
radical de ambas ciudades primas-hermanas es la común
respuesta del entorno islamista radical a todo lo que
suponga sacar a la luz sus tácticas y estrategia final. A
principios del año pasado el firmante de esta columna empezó
a recibir, entre otras, una serie de amenazas vertidas por
la red junto a toda una campaña de confusión y descrédito
que aconsejaron, entre otras medidas, la adopción de una
serie de medidas de protección, entre las que se barajaron
la adopción de escolta y protección policial. Nunca
agradeceré del todo la solidaridad ofrecida tanto por el
presidente de la Ciudad, Juan Vivas, como por el Delegado
del Gobierno, Fernández Chacón, en esta aviesa coyuntura.
Tras las pertinentes denuncias en el Juzgado y las oportunas
investigaciones policiales, quedó claro que el ordenador
emisor se encontraba en territorio marroquí, si bien en mi
caso los inductores pertenecían al entramado islamista
radical emboscado en Ceuta. Y escribo en mí caso, porque
hace días otro profesional de la pluma, Chema Gil de
Vegamediapress, me advertía de las amenazas de que estaba
siendo objeto en su tierra de Murcia tras publicar un
documentado informe, a primeros de 2010, sobre la
islamización radical a la que estaba siendo sometida la
ciudad de Melilla. Chema como el arriba firmante es gente
curtida, que ha pasado ya por un sinfín de avatares, pero es
curioso que en ambos casos las amenazas suban de tono tras
las denuncias publicadas en sus medios respectivos sobre la
islamización, radical e irreversible, que se está abatiendo
sobre Ceuta y Melilla. En ambos casos, dos son las siglas
que sacamos a la luz: la “Yamaâ al Tabligh”, el mayor
movimiento islamista del mundo, presuntamente moderado y
“Justicia y Espiritualidad”, el movimiento de masas más
grande de todo el Maghreb, con sede en Marruecos pero cuya
retaguardia está camuflada en España, en Levante para ser
exactos. En el caso de Chema, el ordenador del que salieron
las amenazas también estaba en Marruecos.
Mientras tanto en Tetuán, convertida este mes en la capital
de hecho del Reino de Marruecos y desde la cual el joven
soberano alauí Mohamed VI, decide el destino del Reino,
sigue dando de que hablar la misteriosa y rápida gira, noche
por medio, de cinco “gauris”, tres de ellos españoles, un
cuarto policía argentino y el último con pasaporte
diplomático venezolano, unos días antes del aniversario del
11-M, haciendo curiosas preguntas en uno de los barrios más
populares de la capital de la Yebala.
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