La Coruña tiene fama, entre otras
cosas, por ese dicho que existe de “nadie es forastero en
ella”. Ceuta no se le queda atrás, aquí, de la misma manera,
nadie se siente forastero en esta tierra nuestra, puesto que
acogemos con los brazos abiertos a todos cuantos nos llegan
aunque, en ocasiones, algunos nos salgan rana.
No es la primera vez ni, por supuesto, la última que alguien
nos llega con un buen traje, cuello duro, maletín y un Rolex
en la muñeca, se instala como una empresa y nos hacen la “pirula”,
llevándose nuestro dinero, dejando sin cobrar a aquellas
subcontratas que le han realizado el trabajo.
Somos así, no tenemos remedio, en cuanto vemos a un tío con
un buen traje, cuello duro, maletín y el Rolex, creemos
haber encontrado un mirlo blanco que viene a invertir en
Ceuta.
Incluso hacemos homenajes a personajillos de medio pelo
entregándole hasta el escudo de roro de la Ciudad, cuando lo
que más se merece es una patada en el trasero.
Por contra nos cuesta un trabajo enrome reconocer los
méritos de algunos hijos de Ceuta, que han hecho un a gran
labor por ella. Parece como si nos diera vergüenza aceptar y
homenajear a quienes, en esta tierra nuestra, tienen méritos
más que sobrados para reconoce su labor en pro de ella.
No hace muchas fechas, ¡por fin se le ha hecho justicia!!,
Ángel Guerrero Alcántara, ha recibido la medalla de oro de
la Cofradía de Nuestra Señora de África. Y cosa curiosa ni
una mala reseña en los medios locales, como si el concederle
este escudo, hubiese tenido que hacerse en silencio para no
molestar al personal.
Pues, bien, Ángel Guerrero, se merecía este reconocimiento
desde hace mucos años, Claro que más vale tarde que nunca,
que diría la sabia de mí abuela, en un caso como este
Él fue el que creo, siendo Hermano Mayor de la Cortes de
Infantes de Santa María de África, la ofrenda floral a
Nuestra Patrona, constituyendo en aquellos momentos un éxito
sin precedente de afluencia masiva del pueblo de Ceuta, a
realizar la ofrenda ante la puerta de su Santuario.
Han pasado muchos años y aquella idea, de Ángel Guerrero, se
ha convertido en una de las tradiciones más populares de
nuestra tierra, donde el día cuatro de agosto miles de
ceutíes se dan cita en la Plaza de África para depositar sus
ramos de flores ante nuestra Patrona, y lo que empezó siendo
una idea sin más pretensión que rendir ese homenaje a Santa
María de África, se ha convertido, cada cuatro de agosto, en
cita ineludible de todos los ceutíes, que en peregrinación
acuden masivamente a depositar su ramo de flores en la ya
tradicional ofrenda floral.
Permíteme, amigo mío, que desde aquí y desde ya, me una a
ese merecido homenaje que te han realizado, y que te
debieron realizar mucho antes, porque aunque se que lo estás
disfrutando, más lo hubieses disfrutado teniendo a tu lado a
tu esposa, Maruja.
De todas formas, desde allá arriba, seguro que se siente
orgullosa que aunque tarde se te hayan reconocido los
méritos que tienes
Fuimos compañeros durante once años y amigos toda la vida,
porque la amistad es un sentimiento, y los sentimientos no
tienen fecha de caducidad. Un abrazo.
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