La demencia es un problema que afecta a 600.000 personas
mayores en toda España. Manuel Martín, profesor asociado de
la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra,
participó ayer en el II Foro y II Curso Internacional de
Geriatría que se celebra en Ceuta con una ponencia en la que
se explicaban las posibilidades de la farmacología actual en
el tratamiento de la demencia que puede afectar al anciano.
Pregunta.- ¿Qué pueden aportar hoy los tratamientos
farmacológicos al abordaje de la demencia?
Respuesta.- En este momento hay una gran cantidad de
sustancias en investigación, pero todavía faltan años para
que estén disponibles comercialmente. Se trata una
investigación muy complicada porque trabaja con pacientes
mayores y que están en un estado de fragilidad importante.
En consecuencia, las medidas de seguridad deben cuidarse
mucho. Esto ha derivado en que algunas sustancias que
parecían muy prometedoras por problemas de seguridad no
hayan podido pasar a disposición del público. En este
momento las sustancias más prometedoras están a cuatro o
cinco años para poder entrar en una fase comercial.
P.- ¿Qué sintomatología presenta la demencia en una
persona mayor?
R.- El principal signo es el declive intelectual. La persona
pierde memoria, capacidad de juicio, lenguaje y, en ese
sentido, desarrolla una incapacidad funcional. Es decir, no
puede realizar por sí misma las tareas habituales y necesita
la ayuda de otros. Además, las personas con demencia tienen
una cantidad de síntomas psiquiátricos y comportamentales
excesivamente alta. Con frecuencia tienen depresión,
síntomas psicóticos como alucinaciones o delirios. Y esto es
lo que sobrecarga muchísimo a los cuidadores. La persona que
cuida a una persona con demencia, más que a problemas de
memoria, se enfrenta a un paciente que está triste, agitado,
trastornada, que intenta fugarse.
P.- ¿Existen tratamientos alternativos al farmacológico?
R.- En este momento se sabe que la mejor manera de prevenir
la demencia es teniendo una vida lo más enriquecida y
estimulante posible. Es decir, que teniendo una vida rica
desde el punto de vista social, intelectual y físico la
demencia aparece más tarde. También controlando determinadas
patologías como la diabetes, la obesidad, la hipertensión y
la hipercolesterolemia. El control de todo esto retrasa la
aparición y el desarrollo de la demencia.
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