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sociedad - VIERNES, 19 DE MARZO DE 2010


María Jesús Gayoso Orol. reduan.

atencion integral al mayor / INTELIGENCIA EMOCIONAL
 

María Jesús Gayoso: «El genoma humano no está preparado para
el envejecimiento»

Esta geriatra y psiquiatra del Hospital Virgen
de la Poveda de la Comunidad de Madrid cree que las claves para la buena salud mental en el mayor están en no deprimirse y no verse abocados a relaciones de dependencia física
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La especialistas en geriatría y psiquiatría madrileña participó ayer en la mesa redonda sobre ‘inteligencia emocional, sexualidad y malos tratos’ con una ponencia que trataba de abordar las relaciones entre el envejecimiento y la depresión. Desde su experiencia en el hospital Virgen de la Poveda de Madrid, Gayoso fue muy taxativa al afirmar que aunque el envejecimiento es un proceso natural no está codificado genéticamente, que se puede modular a día de hoy, con la propia conciencia. Gayoso aboga además por dejarse llevar por las impresiones que emanan de la intuición.

Pregunta.- ¿Por qué el título para su ponencia de ‘Inteligencia emocional, envejecimiento y depresión’?

Respuesta.- Sobre todo quiero incidir en la importancia de tomar conciencia de lo básico del ser humano, que en esencia son las emociones, y del control que sobre las mismas debemos ejercer desde una perspectiva de la evolución del hombre.

P.- ¿Cómo se vive el envejecimiento psicológicamente?

R.-El genoma humano no está preparado para el envejecimiento. Este es una etapa de incertidumbre a la que hay que adaptarse, y hacerlo sobre todo con sabiduría. Una virtud que se puede potenciar con el envejecimiento.

P.- ¿Deberíamos entender entonces que el envejecimiento no es un proceso natural?

R.- Es un proceso natural pero que no está codificado genéticamente. Es un proceso moderno relativamente y que podemos modular a día de hoy, con lo que sabemos, con nuestra conciencia, con nuestra mente, más que con una información genética previa.

P.- ¿Hay un tratamiento específico para curar la depresión en las personas mayores?

R.- Farmacológicamente hay pocas diferencias de tratamiento según las edades, aunque hay que ser más exquisito con la elección del fármaco cuando se está trabajando con personas mayores. Pero es más importante la prevención que el tratamiento. Hay dos grandes objetivos a conseguir cuando uno envejece: no deprimirse y no ser dependiente. Eso es sobre lo que yo quiero reflexionar en mi charla.

P.- ¿Qué circunstancias específicas rodean a la senectud para que cause depresión?

R.- Los dos factores de riesgo para deprimirse en la tercera edad son la soledad, es decir, falta de soporte social, y la situación de comorbilidad sobre todo cuando conlleva una situación de dependencia física, aparte de otros factores. Sin embargo, destaco estos porque ser dependiente es un círculo vicioso con la depresión. Cuanto más dependo de otro más posibilidades tengo de sentirme deprimido y de que mi autoestima claudique, y consecuentemente, me aislo y tengo menos soporte social. Lo importante es no caer en ese círculo vicioso siempre que las circunstancias nos dejen.

P.- La sensación de la proximidad de la muerte, ¿puede tener alguna incidencia en la aparición de un cuadro depresivo en una persona mayor?

R.- Hasta ahora los expertos dicen que la muerte no es un problema que preocupe especialmente a la persona mayor, quizás porque hacemos una negación. Lo que nos hace muy vulnerables en el envejecimiento es la presencia de enfermedad. Nadie se siente viejo. Viejo es todo aquel que es mayor que yo. Nos empezamos a sentir viejos cuando enfermamos, cuando nuestro cuerpo claudica y eso es lo que nos lleva a un gran gasto energético en términos emocionales. No es tanto vivir sin enfermedad sino la forma como vivimos nuestra enfermedad.

P.- ¿A que se refiere cuando habla de inteligencia emocional?

R.- No es fácil definirla. Las emociones cobran vigencia en el momento actual en el asistimos a un cambio de paradigma. Frente a una inteligencia práctica, racional, física, intelectual, hoy se ve que la mayoría de nuestras impresiones son intuitivas. Dejémonos llevar un poco por la voz del corazón y menos por la voz de la razón. De nada sirve que el raciocinio se adelante si el corazón se queda atrás. La inteligencia emocional es aprovechar unas conductas con las que ya nacemos y han sido seleccionadas por la historia del hombre y probablemente nos conduzcan por ese camino correcto de la autotrascendencia.
 


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