La especialistas en geriatría y psiquiatría madrileña
participó ayer en la mesa redonda sobre ‘inteligencia
emocional, sexualidad y malos tratos’ con una ponencia que
trataba de abordar las relaciones entre el envejecimiento y
la depresión. Desde su experiencia en el hospital Virgen de
la Poveda de Madrid, Gayoso fue muy taxativa al afirmar que
aunque el envejecimiento es un proceso natural no está
codificado genéticamente, que se puede modular a día de hoy,
con la propia conciencia. Gayoso aboga además por dejarse
llevar por las impresiones que emanan de la intuición.
Pregunta.- ¿Por qué el título para su ponencia de
‘Inteligencia emocional, envejecimiento y depresión’?
Respuesta.- Sobre todo quiero incidir en la importancia de
tomar conciencia de lo básico del ser humano, que en esencia
son las emociones, y del control que sobre las mismas
debemos ejercer desde una perspectiva de la evolución del
hombre.
P.- ¿Cómo se vive el envejecimiento psicológicamente?
R.-El genoma humano no está preparado para el
envejecimiento. Este es una etapa de incertidumbre a la que
hay que adaptarse, y hacerlo sobre todo con sabiduría. Una
virtud que se puede potenciar con el envejecimiento.
P.- ¿Deberíamos entender entonces que el envejecimiento
no es un proceso natural?
R.- Es un proceso natural pero que no está codificado
genéticamente. Es un proceso moderno relativamente y que
podemos modular a día de hoy, con lo que sabemos, con
nuestra conciencia, con nuestra mente, más que con una
información genética previa.
P.- ¿Hay un tratamiento específico para curar la
depresión en las personas mayores?
R.- Farmacológicamente hay pocas diferencias de tratamiento
según las edades, aunque hay que ser más exquisito con la
elección del fármaco cuando se está trabajando con personas
mayores. Pero es más importante la prevención que el
tratamiento. Hay dos grandes objetivos a conseguir cuando
uno envejece: no deprimirse y no ser dependiente. Eso es
sobre lo que yo quiero reflexionar en mi charla.
P.- ¿Qué circunstancias específicas rodean a la senectud
para que cause depresión?
R.- Los dos factores de riesgo para deprimirse en la tercera
edad son la soledad, es decir, falta de soporte social, y la
situación de comorbilidad sobre todo cuando conlleva una
situación de dependencia física, aparte de otros factores.
Sin embargo, destaco estos porque ser dependiente es un
círculo vicioso con la depresión. Cuanto más dependo de otro
más posibilidades tengo de sentirme deprimido y de que mi
autoestima claudique, y consecuentemente, me aislo y tengo
menos soporte social. Lo importante es no caer en ese
círculo vicioso siempre que las circunstancias nos dejen.
P.- La sensación de la proximidad de la muerte, ¿puede
tener alguna incidencia en la aparición de un cuadro
depresivo en una persona mayor?
R.- Hasta ahora los expertos dicen que la muerte no es un
problema que preocupe especialmente a la persona mayor,
quizás porque hacemos una negación. Lo que nos hace muy
vulnerables en el envejecimiento es la presencia de
enfermedad. Nadie se siente viejo. Viejo es todo aquel que
es mayor que yo. Nos empezamos a sentir viejos cuando
enfermamos, cuando nuestro cuerpo claudica y eso es lo que
nos lleva a un gran gasto energético en términos
emocionales. No es tanto vivir sin enfermedad sino la forma
como vivimos nuestra enfermedad.
P.- ¿A que se refiere cuando habla de inteligencia
emocional?
R.- No es fácil definirla. Las emociones cobran vigencia en
el momento actual en el asistimos a un cambio de paradigma.
Frente a una inteligencia práctica, racional, física,
intelectual, hoy se ve que la mayoría de nuestras
impresiones son intuitivas. Dejémonos llevar un poco por la
voz del corazón y menos por la voz de la razón. De nada
sirve que el raciocinio se adelante si el corazón se queda
atrás. La inteligencia emocional es aprovechar unas
conductas con las que ya nacemos y han sido seleccionadas
por la historia del hombre y probablemente nos conduzcan por
ese camino correcto de la autotrascendencia.
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