Una vez llegaban al refugio de Guelaya los animales se
limpiaban, eliminando los restos de agua salada, para
después dejarles en una "piscina" con agua represada para su
readaptación al agua dulce. Este proceso no se prolongaba
más allá de unos días, dándose incluso el caso de algunos
reptiles marinos que han dejado "por su propio pie" las
instalaciones de Guelaya regresando a los arroyos. "Algunos
vuelven solos porque se sienten bien y sienten la presencia
del río cerca", apuntaba a MELILLA HOY el presidente de la
asociación ecologista, Manuel Soria. El resto esperan
soltarlos una vez mejoren las condiciones meteorológicas y
serán llevados a la cabecera de los arroyos Mezquita,
Farhana y Gurugú, que son las más húmedas. "Soltarlos por
Melilla no sería una garantía de que los animales
sobrevivieran y regresaran a su hábitat", apuntó el máximo
responsable de Guelaya.
Por su parte, los reptiles terrestre, de los que se creen
que han llegado hasta el mar "por accidente" están siendo
llevando al Barranco del Nano.
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