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					Antonio Fernández Naveiro nació en Santiago de Compostela 
					y, tras licenciarse en Derecho en su ciudad natal, ha 
					ejercido como notario en Granada, en Lugo y en La Coruña 
					hasta, en el año 1993, terminar instalándose en Ceuta, donde 
					“tras 17 años, mi familia y yo hemos echado raíces”. Mañana, 
					a las 20:30 horas en el Salón de Actos del Palacio 
					Autonómico, desplegará la ponencia ‘Papeles que fueron 
					vida’, organizada por ‘Chocron Joyeros’, en la que debatirá 
					sobre los “miles de papeles que pasan por las manos de los 
					notarios y que están cargados de esa ‘pequeña historia 
					cotidiana’ que demasiado a menudo se queda desplazada a un 
					lado por los grandes hechos, las grandes batallas y los 
					grandes personajes”. 
					 
					Pregunta.- ¿A qué ‘papeles que fueron vida’ hace referencia 
					su exposición? ¿Por qué están ‘cargados de vida’? 
					 
					Respuesta.- A lo largo de mi carrera como notario, han 
					pasado por mis manos miles de papeles. En unos se registran 
					tipos de interés, en otros la compra o la venta de una 
					casa... Todos ellos esconden una pequeña historia: todos 
					ellos guardan testimonios de la vida cotidiana de su 
					momento. 
					 
					P.-¿Qué historias se pueden encontrar en estos papeles? 
					 
					R.-Suelen ser historias, como he comentado, pequeñas, 
					cotidianas, “intrahistoria”: en estos papeles se registran 
					las vivencias diarias, los problemas comunes de la gente 
					corriente. Pero todo esto es también historia, una historia 
					que a menudo se queda desplazada por los grandes hechos, por 
					las grandes batallas, por las vidas de los grandes 
					personajes. 
					 
					P.-¿Recuerda algunas que le hayan marcado en particular? 
					 
					R.-Todos los días vivo de cerca varias de ellas, y a lo 
					largo de mi carrera, hasta este momento, he conocido miles y 
					miles. Son todas realmente muy comunes, pero todas también 
					curiosas y emotivas, y todas definen nuestro tiempo de una 
					forma u otra. He conocido gente que se ha emocionado al 
					adquirir su propia casa, y también he conocido a otros que 
					han llorado por perderla; un ejemplo que últimamente se 
					repite mucho es el los ancianos viudos y sin recursos que 
					tienen que vender los hogares en los que han pasado toda su 
					vida para marcharse a vivir con sus hijos. 
					 
					P.-Si son tan comunes... ¿Donde reside realmente su 
					valor? 
					 
					R.-Son comunes hoy en día y para nosotros, que las conocemos 
					de cerca y que incluso las hemos vivido en nuestras carnes o 
					en las de un familiar, un amigo, un vecino. Pero, como 
					remarco, todas definen nuestro tiempo y, dentro de años, de 
					décadas, de siglos, seguirán donde ahora están: archivadas y 
					a disposición de todo el que quiera investigar nuestra 
					época. 
					 
					P.-¿Qué casos conoce de otros tiempos que estén reseñados 
					en los papeles de los notarios? 
					 
					R.-Viene a cuento de lo que explicaba antes: hasta hace 
					pocos siglos, era muy común la trata de esclavos. Esta 
					actividad que hoy a nosotros, que hemos conocido los grandes 
					avances sociales, nos resulta horrenda y despreciable, era 
					‘normal’ hace pocos siglos. En los archivos de toda España 
					hay reseñadas miles de compras y ventas de esclavos. En su 
					día eran transaciones tristemente muy habituales: hoy son ya 
					historia, y a nosotros tienen mucho que decirnos. 
					 
					P.-¿Qué más casos del pasado cree reseñables además de 
					los documentos de compra y venta de esclavos? 
					 
					R.-Los archivos gaditanos están llenos de documentos de, por 
					ejemplo, los tiempos turbulentos de las Cortes de Cádiz que 
					registran todos los cambios políticos, legislativos y 
					sociales que acontecieron en la época. En Sevilla es posible 
					que, por ejemplo, existan miles de documentos sobre todo lo 
					relativo al descubrimiento y a la explotación de las Indias. 
					En Madrid incluso se ha encontrado el testamento de Rodrigo 
					de Cervantes, el padre del escritor de ‘El Quijote’. 
					 
					P.-¿Y qué podemos encontrar en los archivos de Ceuta? 
					 
					R.-Por desgracia, bien poco hasta este momento, ya que la 
					ciudad únicamente posee los documentos de los últimos 
					cincuenta años. El resto se encuentra archivado en 
					Algeciras, y estos archivos comienzan nada más y nada menos 
					que en el año 1589. Así que... ¡Imagina la ‘pequeña 
					historia’ que los ceutíes tienen aquí! 
					 
					P.-¿Habría posibilidad de que todos estos archivos 
					pudiesen residir en Ceuta? 
					 
					R.-Pienso que el traerlos o el no traerlos a la ciudad se 
					trata de una decisión que es de naturaleza política. 
					 
					P.-¿Cree que deberían estar aquí? 
					 
					R.-Creo que es lógico que estén aquí o que, por lo menos, se 
					digitalicen para que desde Internet todos los ceutíes puedan 
					tener acceso a ellos. 
					 
					P.-¿Qué piensa que estos documentos pueden aportar a 
					Ceuta? 
					 
					R.-La ‘pequeña historia íntima’ de la ciudad está contenida 
					en esos archivos: la historia de la vida privada de Ceuta 
					late en ellos. Y esta historia cotidiana puede ser sumamente 
					interesante para los historiadores, los investigadores, los 
					periodistas, los propios vecinos... Ceuta es una tierra 
					cargada de historia y además desde su fundación ha sido un 
					puente entre Europa y África y una zona clave para las 
					relaciones entre los dos continentes. 
					 
					P.-¿En su conferencia va animar a los ceutíes a que se 
					interesen por este pedazo de su historia? 
					 
					R.-Vamos a decirles a los ceutíes que estos archivos pueden 
					ser muy interesantes y muy curiosos y que ahí están: 
					esperando a ser estudiados.  
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