El pasado jueves, mientras en
Ceuta tenía lugar la última sesión de las VIII Jornadas de
Geopolítica organizadas conjuntamente por la UNED y la
Comandancia General, en Tetuán y en el emblemático colegio
de “El Pilar” tenía lugar una interesante conferencia sobre
“El debate en torno al choque de civilizaciones”, a cargo
del prestigioso catedrático de Filosofía Política de la
UNED, Fernando Quesada Castro. El ponente no defraudó a su
auditorio, que aplaudió en varias ocasiones opiniones más
que políticamente correctas y en boga, faltaría más, con la
desnortada y asimétrica “Alianza de Civilizaciones”, buque
insignia de las relaciones exteriores de España desde la
asunción de la presidencia de la Nación por Rodríguez
Zapatero. En cuanto a las referencias a Huntington y su obra
fueron, a mi entender, sesgadas e “idealistas” en términos
filosóficos, algo extraño pues yo esperaba dadas las
coordenadas ideológicas del ponente (discípulo de Ernst
Bloch, no confundir con el músico) un discurso dialéctico y
en ningún modo metafísico; un análisis histórico y
geopolítico, anclado en la cruda realidad empírica y no en
tópicos comunes y edulcorados. También hubo atrevidas
largadas, dado el contexto, como aquella del secular
“recurso a la religión por parte de los dictadores”.
Interesante opinión que nos llevaría muy lejos, siendo el
ejemplo aportado por el ponente (“Franco bajo palio”)
notoriamente insuficiente.
Varias perlas, sin duda cultivadas con mimo, salieron de los
labios del doctor Quesada para delicia de los asistentes,
como aquella (basada al parecer en una encuesta) de que, en
España, “Los jóvenes no se identifican con su bandera, solo
valores universales, ni patria ni bandera, pero votan de
forma progresista”. No me quedó claro si el progresismo
estaba en “votar” o en “votar a”, pero en cualquier caso el
auditorio aplaudió con brío, curioso, pues esos jóvenes
marroquíes están educados en los principios de la “Santísima
Trinidad” de su país: “Allah, Watan, Malik”. En estas
modestas líneas yo me permito, al contrario, recordar a los
lectores alto y claro, a ver si va calando, aquello de:
“Gracias a vuestras leyes democráticas os conquistaremos;
gracias a nuestras leyes religiosas os dominaremos”. O si lo
prefieren de forma más explícita: “Os conquistaremos con
vuestra Constitución y os someteremos con nuestro Islam”.
¿Qué opinará sobre el particular nuestro docto y progresista
filósofo de la UNED, Fernando Quesada Castro?. Un ejemplo de
campo se está viviendo estos días en Ceuta, con el “golpe de
estado” que están intentando dar las células extremistas del
movimiento Tabligh, paradigma del islamismo radical
lideradas por el sectario y violento Laarbi Maateis,
tratando de imponerse a la mayoría musulmana de la Ciudad y
que el lector puede repasar en la edición del viernes de
este medio.
Por cierto, al término de la conferencia y en medio de un
animado coloquio me abstuve por decoro tanto de plantear
alguna incisiva y didáctica pregunta (no fuera a liarla),
como de solicitar por un mínimo de decencia, era el
aniversario del atentado del 11-M, un minuto de silencio por
las víctimas de la masacre terrorista (Lorena incluida, la
joven brasileña ahogada en extrañas circunstancias en la
playa de Gijón en octubre de 2004), máxime cuando varios de
los verdugos conocidos, oportunamente “volados” (la autoría
intelectual permanece emboscada en la sombra), procedían del
cercano barrio tetuaní de Yamaâ Mezwak. Y estábamos en un
centro oficial español. Visto.
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