E n el Día Europeo en Recuerdo de las Víctimas del
Terrorismo recordamos a todo aquel ciudadano europeo que, de
uno u otro modo, ha padecido el terrorismo en nuestro
continente. Hace 6 años más de 1800 personas resultaron
heridas y otras 192 murieron en el peor atentado de la
historia de Europa. Aquella barbarie emocionó al mundo
entero, que nos hizo llegar infinitas muestras de
solidaridad y cariño. Desde entonces, a modo de homenaje, el
11M es el día de las víctimas del terrorismo en Europa.
Estamos aquí, presentes, víctimas de atentados perpetrados
en distintos lugares de Europa y España para mostrar nuestro
agradecimiento por el apoyo que nuestra sociedad nos brinda.
Somos víctimas porque nosotros o nuestros familiares tuvimos
el infortunio de estar en el lugar equivocado el día
equivocado. Porque el terrorismo es fruto de la
irracionalidad, de quien quiere sembrar el terror. Y todos,
desgraciadamente todos, podemos convertirnos en víctimas. A
nosotras, una vez despojadas de nuestros seres queridos,
sólo nos queda una cosa: luchar para acabar con esta lacra
desde cualquier ámbito.
En la lucha contra el terrorismo, no sólo es necesaria la
colaboración entre cuerpos policiales. Es necesario que la
Justicia tenga varas de medir parecidas, y para ello las
leyes deberían ser uniformes. Lo que es terrorismo en
España, debe serlo en otros países y viceversa. Para evitar
que se produzcan situaciones como la sucedida hace poco en
Irlanda del Norte donde un terrorista perteneciente a las
juventudes de ETA no ha sido extraditado porque no se
detallaba convenientemente “sus acciones terroristas”.
Necesitamos luchar desde la cooperación entre Estados para
evitar situaciones como la de Venezuela o Colombia
convertidas en santuarios de terroristas; no son los únicos
países pero sí los más destacados.
Es, pues, nuestro deber como víctimas exigir que no existan
este tipo de santuarios de terroristas. Porque estos lugares
sólo actúan como escondite de lujo de los terroristas, donde
dejan transcurrir los años y evitan así una condena por sus
delitos. Por eso, si para acabar con estos santuarios
debemos pedir a nuestros gobiernos mano dura, un boicot
económico, deberíamos poder hacerlo sin complejos.
En esta lucha contra el terrorismo debemos pedir también
leyes más contundentes en toda Europa contra los terroristas
donde no haya resquicio para la prescripción de delitos. Que
los terroristas sepan que sobre ellos pesara una búsqueda
incansable para que paguen por sus delitos, porque ni aquí
ni en ningún otro lugar podrán evitar la justicia.
Esa JUSTICIA que reclamamos es lo único que preserva la
DIGNIDAD de las víctimas. Porque esa justicia, es la que
protege la MEMORIA de las víctimas; es en su nombre, en
recuerdo de quienes ya no están o de los que resultaron
heridos por la brutalidad del terrorismo por quienes
seguimos luchando para que sepa la VERDAD de todos los
atentados.
Nosotras, las víctimas, manifestamos:
Que la Justicia que buscamos NO ES VENGANZA.
Que todos los actos de Terrorismo deben ser considerados
CRÍMENES INTERNACIONALES Y DE LESA HUMANIDAD
Que los actos Terroristas no deben PRESCRIBIR jamás, porque
el dolor de una víctima no prescribe.
Que la Voz de las Víctimas debe ser escuchada en cualquiera
de los ámbitos de la lucha contra el terrorismo.
Que con nosotros no se negocia. Las víctimas no somos moneda
de cambio.
Que nadie puede perdonar y olvidar en nuestro nombre porque
sólo a nosotras nos corresponde esta tarea.
Por los que ya no están con nosotros, por los que
permanecemos y por los valores europeos que todos nosotros
representamos.
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