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OPINIÓN - JUEVES, 11 DE MARZO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Las manías de Bernabéu
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Escribía un conocido columnista, días atrás, experto en mil batallas deportivas, mayormente futbolísticas, que don Santiago Bernabéu era capaz de impedir el fichaje de un futbolista si su cara le era desagradable. Aunque éste estuviera sobrado de cualidades para merecer sobradamente su pertenencia al equipo blanco. El columnista, que fue estrella también en radio y televisión, ponía como ejemplo a un jugador suizo que sufrió semejante veto por parte del poderoso presidente. Y le atribuye además el siguiente comentario a Bernabéu: “En Suiza sólo son buenos los relojes. Y, aunque el jugador que me recomendáis fuera extraordinario, dice a los técnicos, con esa cara que tiene nunca podría jugar en el Madrid”.

Los técnicos conocían las manías de don Santiago. Así, el futbolista en cuestión, además de ser bueno tenía que causarle la mejor impresión. Y a veces, por cualquier detalle que sólo él era capaz de captar y que le producía rechazo, desistía de dar su imprescindible sí a la operación. Y es que los hombres inteligentes suelen derrotar por donde menos se espera.

Leyendo al columnista, que dice verdad, me acuerdo de mis buenas relaciones con Miguel Malbo Notario y con Pedro Eguiluz. Allá cuando a la década de los cincuenta le faltaban dos días para cederle el paso a los ‘felices años 60’. Me los presentaron en la cafetería Bar Recoleto. Y lo hizo su propietario: Luis Elices; tan extraordinaria persona como magnífico entrenador.

Malbo era Jefe de la Sección de Fútbol del Madrid. Y creador de la mejor cantera que entonces existía en Europa. Contaba con la amistad y confianza del presidente y hacía y deshacía en la ya llamada ‘Casa Blanca’. De él se contaba, y sin que jamás se descubriera exageración, que se despertaba al amanecer para a partir de entonces comenzar a ver partidos de fútbol por todos los campos modestos de Madrid y terminaba en noche cerrada.

Con él, que fue jugador aficionado del Madrid, Plus Ultra y Rayo Vallecano tuvieron cesiones de jugadores extraordinarios: Antonio Ruiz, Santisteban, Marsal, Villa, Vidal, Grosso, De Felipe, Velázquez, Grande, José Luis Peinado, Benito y así hasta desembocar en la llamada ‘Quinta del Buitre’.

Pedro Eguiluz, jugador grande del Sevilla y entrenador destacado de la época, fue ayudante de Malbo, en aquellos años sesenta, y a fe que consiguieron formar un tándem perfecto. Y sé de lo que hablo. Puesto que un buen día me llamaron a las oficinas del club para consultarme algunas cosas en relación con futbolistas. Lo que a mi edad, veinte años recién cumplidos, me pareció de mucha importancia.

Se trataba de que les informara sobre los jugadores de interés que yo iba viendo por los campos de Castilla y La Mancha. Porque Eguiluz le había dicho a Malbo que yo veía el fútbol –perdonen la inmodestia- de manera superior.

La primera recomendación que les hice fue la de Félix Bardera ‘Felines’: un chaval nacido en un pueblo de Ávila pero vecino de Carabanchel. Y lo firmaron. Aunque a Bernabéu jamás le entró por los ojos, ya que lo consideraba un fifiriche. Y se pasó media vida cedido al Rayo. En el Madrid, y sobre todo en la prensa madrileña, sigue imperando lo peor de Bernabéu.

(Pilar Hernández Gómez es pensadora (!) de postín.)
 

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