La nueva Junta Directiva de la Federación de Asociaciones
de Madres y Padres de Alumnos (FAMPA) de Ceuta eligió ayer
por unanimidad como nuevo presidente a Mustafa Mohamed
(Ceuta, 1970), del CEIP Juan Carlos I, que toma así el
testigo de Jorge Guerrero tras dos años a su vera como
vicepresidente, cargo que con él ostentará a partir de ahora
Nuria Buscató, del IES Siete Colinas. Eugenia Pérez Matres,
del Beatriz de Silva, será la secretaria de la Junta; Fuad
Harrus, del CEIP Ramón y Cajal, ejercerá como tesorero y
Mina Mohamed, del Severo Ochoa, como interventora de una
Junta que perseverará en la defensa “de la educación
pública” y en “sumar fuerzas” en la búsqueda de tal
propósito.
Pregunta.- El próximo martes cumple 40 años. ¿Es un
regalo envenenado la Presidencia de la FAMPA después de lo
visto el pasado 24 de febrero en el Puertas del Campo?
Respuesta.- Es una responsabilidad en un ámbito como el
educativo que arrastra graves problemas en nuestra ciudad y
que a los padres y madres debe preocupar como al que más.
Durante los dos últimos años y en la cita de la que me habla
se han hecho cosas bien, regular y mal. Creo que debemos
aprender de la experiencia, subsanar errores y trabajar con
toda nuestra energía para paliar problemáticas que nos
asfixian como la del fracaso y el absentismo escolar, entre
otras.
P.- Usted fue vicepresidente de la última Junta. ¿Qué
balance hace de su trabajo?
R.- Se trabajó con ahínco y el movimiento de padres de
alumnos, como es evidente, se ha fortalecido. A día de hoy
son muchos más los progenitores implicados y los colegios
involucrados en la FAMPA. Ahora toca sumar esfuerzos, tender
la mano y dejar muy claro que en la Federación cabemos y
necesitamos de las aportaciones de todos.
P.- Es miembro de la Ejecutiva de UDCE y militante activo
de CCOO. ¿Convertirá la FAMPA en un brazo armado de esas
organizaciones?
R.- No hay que mezclar las cosas. La FAMPA lo que debe ser
es el brazo no armado sino levantado y activo de la sociedad
para colaborar con las Administraciones en la resolución de
los problemas que tiene el sistema educativo y para
reivindicar de estas mayores esfuerzos con ese mismo
objetivo. La Educación y su mejora tiene que ser una tarea
de todos, ajena a cualquier otra pugna de naturaleza
política o sindical.
P.- Las elecciones a la FAMPA se plantearon como una
batalla entre candidatos ‘de la escuela pública’ y ‘de la
concertada’. ¿Persiste la división?
R.- En Ceuta todos somos colegios públicos. Los colegios
concertados, en tanto que tales, también. Obviamente, la
FAMPA defiende, sin distinciones, que todos los alumnos de
todos los niveles educativos de esta ciudad tengan las
mismas oportunidades para lograr el éxito académico. Todos
tenemos que estar en el mismo frente para erradicar los
guetos, para reducir las ratios de alumnos por aula
desorbitadas, para exigir al Ministerio y a la Ciudad que se
pongan de acuerdo para construir centros educativos, para
explorar mecanismos que permitan mejorar el nivel... Ese es
el reto.
P.- ¿Por dónde va a empezar?
R.- La Junta entiende que frente a la ratio exorbitantemente
alta de estudiantes por aula que registra Ceuta en Educación
Infantil y Primaria es imprescindible construir centros. Es
urgente la construcción de dos de Primaria y uno de
Secundaria porque aquí hace más de veinte años que no se
levanta un colegio y hace quince que se hizo la última
remodelación en profundidad, en el Andrés Manjón. Sólo así
lograremos dejar de tener los peores resultados al finalizar
la Primaria de España. En Ceuta sólo el 71% de los niños
completa la Primaria a los 12 años y eso no puede ser.
P.- ¿Reivindicaciones en Infantil?
R.- Creo que todos los padres estamos de acuerdo en que hay
que exigir que la ciudad deje de tener la tasa más baja de
escolarización infantil en España, cinco veces inferior a la
nacional y cuatro a la melillense. La Ciudad debe
comprometerse con la escolarización temprana pública,
gratuita y universal como elemento clave en la lucha contra
el fracaso escolar.
P.- ¿Qué opina de la gestión de la escolarización en
Ceuta?
R.- Que el tema no es cambiar los criterios de asignación de
puntos, sino hacer cumplir la normativa sin establecer
distinción alguna. En otras palabras, acabar con los
chanchullos. La escolarización justa y equilibrada en todos
los centros sostenidos con fondos públicos es un elemento
imprescindible para la cohesión social y por tanto para el
desarrollo de un modelo social intercultural. La FAMPA
exigirá modificar si es preciso las normas en vigor para
obligar a todos los colegios a aceptar de forma normalizada
al alumnado de otras confesiones religiosas.
P.- ¿Cómo contempla usted el conflicto lingüístico local,
si es que cree que existe?
R.- Hablar en términos de conflicto no es positivo. Es mejor
hacerlo de complejidad dejando claro, contra las
manipulaciones capciosas, que aún no he oído a nadie en
Ceuta cuestionar que el castellano es nuestra única lengua
oficial. Ahora bien, ello no es incompatible, y son muchos
los especialistas que lo defienden, que dado el gran
porcentaje de estudiantes que tienen el árabe ceutí como
lengua materna sería positivo valorar la pluralidad
lingüística de esta tierra como un elemento enriquecedor de
los procesos de enseñanza y, en consecuencia, promover
cambios en las políticas educativas desde las
Administraciones con competencias en la materia. No soy un
experto, pero quienes sí lo son dicen que es posible y
necesario dar otro enfoque metodológico al asunto
lingüístico en todos los niveles educativos, sensiblemente
en Infantil y Primaria.
P.- Usted que tiene dos hijos en Primaria, amplia
experiencia en el movimiento de padres de alumnos y contacto
diario con la realidad educativa, ¿dónde cree que está el
factor determinante para el éxito o el fracaso académico?
R.- Desde mi punto de vista además del trabajo en el aula
hay que promocionar el dirigido al entorno socioeconómico y
cultural de las familias de los alumnos. Tenemos que pedir
de las instituciones que contribuyan a la eliminación de
barreras a la mejora de las comunicaciones y transportes que
faciliten el contacto intercultural. Igualmente la FAMPA
debe trabajar en pro de la implicación de todos los agentes
sociales, además de la propia comunidad educativa, en los
procesos de transformación y mejora mediante la interacción
de los centros educativos y su entorno.
P.- ¿Algún mensaje para la Dirección Provincial?
R.- Espero de ella una política educativa precisa, concreta
y real que sirva también para concienciar, analizar y
modificar la actitud del profesorado ceutí respecto a la
realidad social, económica y cultural de la que forma parte
su alumnado. Aquí no sólo necesitamos un profesorado del
siglo XXI para el siglo XXI sino también consciente de que
la Ceuta demográfica del 2010 es diferente a la de 1980 ó
1990.
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