Al menos para el comercio, es, ha
sido y deberá seguir siendo Marruecos el sustento más seguro
con respecto a Ceuta.
Desde hace 25 años, la afluencia del otro lado del estrecho
se quedó reducida a la nada, y en estos momentos, todos los
“planes” esos que nos traen clientela del otro lado, no
pasan de ser simples anuncios del escaparate, porque en
cuanto a dejar tres euros es más que dudosa su rentabilidad.
Y tiene una explicación, dejando atrás la cuestión del coste
del barco.¿Qué se le ofrece en Ceuta para más de cinco horas
al visitante que llega en plan turístico?. Digan lo que
digan y vendan “la burra” como la vendan, muy poquitas
cosas, porque los 18 kilómetros cuadrados no dan para mucho
y las comodidades o las atracciones con que se puede
obsequiar al gallego, extremeño, aragonés o portugués que
lleguen a Ceuta, hoy por hoy, no son demasiadas.
Sin embargo, desde el otro lado de la frontera, a pesar de
las dificultades de ésta, llegar a Ceuta es más cómodo, se
puede entrar o salir a la hora que uno lo considere más
oportuno y el visitante que llega puede hacer sus compras,
puede comer, tomarse sus coca colas y si no viene para pasar
la noche, a la hora que le parezca puede cruzar, de nuevo,
la frontera.
Buena vecindad, pues, y buenas relaciones son los elementos
básicos para que Ceuta tenga y pueda seguir teniendo un
comercio atractivo, aunque eso sí, muy distinto al que hubo
en la época del “imperio del transistor y del paraguas”,
época en la que se vendía todo, como fuera, al precio que
fuera, un poco más caro al que se veía con más cara de
“pardillo”, que había venido ese día y no iba a volver, en
mucho tiempo.
Luego, pasó lo que pasó. Unos se habían sentido engañados y
en vez de volver a Ceuta se iban y siguen yendo a Andorra,
otros veían que un poco más caro, pero con todas las
garantías, ese producto lo podían comprar en El Corte
Inglés, tampoco volvieron y los de más cerca, que venían a
diario, con la verja de Gibraltar abierta se pasaban por
allí y se ahorraban el billete del barco y el mareo si era
día de levante.
Por eso, ahora, mal haría el comercio de Ceuta si no
mantuviera a esos clientes del otro lado de la frontera, que
son los que este año, especialmente, y desde hace varios
años, están salvando las ventas del comercio de aquí.
Acaban de cerrarse las rebajas, posiblemente las más
agresivas de toda la historia reciente del comercio, y aun
así la salvación no ha estado en los compradores ceutíes, la
salvación vino de más allá de la frontera del Tarajal.
Desde el comercio se ha dicho y no ha habido reparo en ello
que “los compradores de Marruecos han adquirido el 99% de lo
que se ha vendido en rebajas”. Y los datos son para tenerlos
en cuenta, especialmente cuando Ceuta, por su propia
estructura social, no es la ciudad que más se haya visto
afectada por la crisis-recesión que viene azotando con
fuerza al país.
Con la clausura de la temporada de las rebajas, fuertemente
marcada por la marcha de la actual crisis económica, se
pueden sacar conclusiones, especialmente cuando en esas
rebajas hemos visto un 50% de descuentos, desde el
principio, y en muchos productos se ha llegado a marcar
hasta un 70%. Pues bien, ese tirón no bastó para poder
vender todo, menos mal a que llegaron los clientes del país
vecino y salvaron la situación. Así ha sido.
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