La hipótesis de trabajo de estas
líneas es concluyente: Ceuta se desliza, sutilmente, hacia
un amenazante islamismo radical, que estaría superponiéndose
(y desplazando) al tradicional anexionismo marroquí. Su
táctica está clara: haciendo alarde de “españolismo”,
pretende ser apoyado por las instituciones que creen ver en
él un baluarte frente a las posturas digamos filomarroquíes.
En el momento oportuno y tras el vuelco demográfico ya a las
puertas, con una masa de población previamente islamizada
(distinga el lector entre “musulmán” e “islamista”) y tras
controlar los resortes de la administración de la Ciudad
Autónoma mediante el correspondiente concurso de una
formación política ad hoc, buscaría la forma de asentarse de
forma irreversible manteniendo formalmente la fachada
constitucional. Ya saben: “os conquistaremos con vuestras
leyes y os someteremos con nuestro Islam”. De ahí que en
Ceuta la ecuación sea clara: a más transferencias para la
Ciudad Autónoma, mayor peligro. Blanco y en botella. ¿Datos,
nombres, fechas...?. Repase el lector avisado la agitada
historia social y política de Ceuta, siempre Ciudad Querida,
al menos desde aquellos tiempos del GIL (ahí reposan algunas
de las claves) y saque sus conclusiones. ¿Cómo se ha ido
llegando a esta situación?. Primero, mediante la ocupación
demográfica del territorio y segundo, por la creciente
islamización de la población musulmana, con pautas
ideológicas totalmente ajenas a las tradicionales por estos
pagos. Todo ello fruto de una notoria dejadez de funciones a
tres bandas: la Comandancia General, mirando para otro lado
mientras se construían manzanas enteras en terrenos
militares; la hoy Ciudad Autónoma, permitiendo toda serie de
ilegalidades urbanísticas y todavía, al día de hoy, cerrando
los ojos ante la construcción de, entre otras, la ilegal
mezquita de Recinto; finalmente, la Delegación Gobierno
dejando asentarse “ikastolas islamistas”, travestidas en
“escuelas coránicas” que sin ningún tipo de licencia (¿cómo
son las clases, quiénes imparten las lecciones
religiosas...?) están lavando literalmente el cerebro a
miles de criaturas. Entre unos y otros la casa sin barrer,
¡joder, qué tropa!. Y luego critican a Marruecos... Tras los
atentados del 11-M, aun con muchos flecos pendientes y cuya
autoría sigue sin estar clara, el islamismo radical (base
del terrorismo yihadista) ha revelado una alta capacidad de
implantación, aprovechando tanto las facilidades de una
sociedad abierta como la española como la falta de visión
del latente peligro por parte de los responsables. Como
siempre, España despertará tarde. Por lo demás, un muestreo
de las detenciones practicadas en el entorno del islamismo
radical apunta, mayoritariamente, a la emigración magrebí
(70%, sobre todo marroquí y en menor medida argelina),
seguida de la paquistaní (20%) y finalmente a la propia
población española (10%), en la que destaca la población
ceutí/melillense de origen familiar marroquí, seguida de la
minoría conversa. Por regiones, figura en primer lugar
Cataluña (Barcelona), seguidas de Andalucía, Levante
(Comunidad Valenciana y Murcia), Madrid y Ceuta. A corto
plazo y tras un fuerte e irreversible proceso de
islamización (las semillas ya están germinando), Ceuta y
Melilla bajo pabellón español de conveniencia serían, cara
al mundo islámico, la avanzadilla del nuevo Al Andalus,
idea-fuerza que está generando una sinergia de actuación en
los diferentes frentes abiertos por el mundo islámico: desde
la legítima reparación moral de los herederos “andalusíes”
(el mundo judío-sefardí ya tuvo la suya) a las
controvertidas tesis del expansionismo marroquí, hasta
alcanzar el modelo yihadista de Al Qaïda en el Maghreb
Islámico. Visto.
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