A falta de algo mejor que hacer
para, con ello, justificar la pasta gansa que reciben por no
dar un palo al agua, en el Parlamento Catalán, se ha
iniciado un debate sobre toros sí, toros no.
Esto es como la canción de la Parrala ”… unos decían que sí
/ Otros decían que no / Pero la verdad del cuento / Esa no
te la digo yo”. Porque aquí, en este debate, como en la
canción, hay mucho cuento. Cuento que algunos saben pero que
no lo van a decir, porque no les interesa que se conozca el
cuento de marras.
Han intervenido en contra de la fiesta de los toros, varias
personalidades de las cuales, algunos de ellos, han dicho
auténticas barbaridades, al comparar la fiesta nacional con
la ablación que se les realiza a las niñas en otros países
según sus costumbres y que, por ello, en el siglo XXI no
dejan de ser una barbaridad.
Por supuesto que han intervenido los defensores de la Fiesta
Nacional, y una de las cosas más lógicas que se han dicho en
ese debate la ha llevado a cabo el apoderado de José Tomas:
“las corridas de toros irán desapareciendo, con el paso del
tiempo, sin necesidad de debate alguno”.
Estos antitaurinos, que se la cogen con un papel de fumar,
tratando de impedir las corridas de toros, más que nada
porque reciben el nombre de Fiesta Nacional, lucha con todas
sus fuerzas por mantener los llamados “correbous” (toros en
la calle” muy arraigados en tierras del Ebro.
Estos toros corren por las calles,. Unas veces embolados
(con fuego en sus cuernos) y otras a cuerpo limpio. Para
estos antitaurinos, estos animales no sufren porque no
mueren atravesados por una espada. Si acaso mueren de miedo
tras el repertorio de torturas al que son sometidos por
todos los bárbaros que participan en esas fiestas.
Indiscutiblemente son poco coherentes todos estos políticos
catalanes que van contra las corridas de toros, por el
sufrimiento que, según ellos, estos animales tienen durante
la lidia, mientras quieren sacar una ley excluyendo de este
veto a los toros en las calles. Manda…el asunto.
El diputado de CIU, Francisco Sancho, dándose cuenta de lo
difícil que era nadar entre dos aguas, hizo unas
declaraciones de principio: “En mi pueblo, sin vaquillas no
hay fiesta, y sin fiesta no hay pueblo”. Chapó para usted
que ha sabido torear como nadie el asunto del no a las
corridas de toros o sea a la Fiesta Nacional, y el sí a los
toros en la calle.
No es por nada, pero me da por preguntarles a estos
antitaurinos que han propiciado el debate sobre las corridas
de toros, si no sería mejor dejar de perder el tiempo en
este asunto, y dedicarse a solventar los grandes problemas
por los que atraviesa Cataluña, como es el paro y la crisis
del pueblo catalán, que de ser la zona más rica de España,
está en segundo lugar.
Y sobre todo, por qué no dedican todo su esfuerzo, a frenar
la marcha de empresas catalanes hacia otros lugares de
España. Lo de los toros tiene fácil solución, al que le
gusta que vaya a las corridas y al que no le guste que no
vaya.
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