Algunas viviendas de San Amaro, la Almadraba, el Puente del
Quemadero y la Curva de Amaya no resistieron el embate del
temporal. La Consejería de Asuntos Sociales de la Ciudad
Autónoma señaló ayer que un total de catorce familias y
cuarenta tres personas entre adultos y niños han debido ser
desalojadas de sus casas durante el pasado fin de semana.
Ocho de estas familias se alojan actualmente en pensiones,
una en el albergue de la Cruz Blanca y otras cinco han
preferido refugiarse en el domicilio de algún pariente. La
consejera, Carolina Pérez, resaltó ayer la prioridad que se
ha dado a “las personas” tras el desastre.
Un total de catorce familias y 43 personas han debido ser
desalojadas de sus viviendas durante el pasado fin de semana
como consecuencia del fuerte temporal que ha asolado la
ciudad.
La consejera de Asuntos Sociales, Carolina Pérez, informó
ayer que la Ciudad tiene realojadas a nueve de estas
familias y a treinta cuatro personas entre adultos y
menores, todas ellas en pensiones salvo una familia que
encontró acomodo en el albergue de Cruz Blanca. “La entidad
no pudo acoger a más porque se inundó la casa de acogida”,
apuntó la consejera.
Durante la mañana de ayer los técnicos de la Consejería
estuvieron evaluando las circunstancias de los damnificados
por el temporal y a los que no puedan regresar a sus
viviendas originarias se les ha ofrecido el programa de
alojamiento alternativo con ayudas al alquiler y otro tipo
de apoyo para que puedan limpiar sus viviendas. Pérez
subrayó que la mayoría de las viviendas han sido afectadas
por inundaciones aunque también ha habido dos
desprendimientos de techo.
Además de las nueve familias realojadas por la Ciudad
Autónoma, existen otras cinco que prefirieron alojarse con
su familia extensa, como el caso de la que tuvo que ser
asistida el sábado a las 15.30 horas en la barriada de San
Amaro, formada por una abuela, una madre y un niño.
“Esperemos que puedan volver a casa en próximos días y
mientras tanto se están evaluando los daños porque también
ha habido pérdidas de ropa y enseres”, prosiguió la
consejera. “Estamos en un área muy sensible que trata con
personas, tengo un equipo extraordinario y antes que limpiar
una carretera que tenga barro hay que atender a las
personas”, añadió.
La peor parte se la llevaron las familias que residen en San
Amaro, donde fueron desalojadas tres viviendas por
precaución debido a un corrimiento de tierra. “Daban a la
playa, y el mar ha ido subiendo. Dentro de un tiempo tendrán
que salir de allí varias viviendas”, apostilló la consejera.
Responsabilidad
Por su parte, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa)
subrayó ayer que la única responsabilidad por las “pequeñas
filtraciones de agua” ocasionadas en algunas habitaciones
del nuevo hospital por el temporal recae sobre la empresa
constructora, Dragados.
El director territorial, Jesús Lopera, mantuvo en la mañana
de ayer una reunión con los responsables de la empresa para
pedirle explicaciones sobre lo sucedido.
Lopera instó a la empresa a valorar las causas de dichas
filtraciones en las ventanas y las repare de inmediato, pues
el edificios e encuentra en garantía.
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