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OPINIÓN - DOMINGO, 7 DE MARZO DE 2010

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

La Sociología y ... (II)

Por Ramón Cutillas


Como toda ciencia que se precie, debe contener unos objetivos muy precisos. En la Sociología no son otros, que la consecución de un paraíso en la interrelación convivencial de los individuos que componen el grupo. A la vez que se nos dice, que su desarrollo y estudio son para la consecución de dicho objetivo, para lo cual utiliza diversos métodos tendentes al logro de los criterios que se deben aplicar para la obtención del bienestar social. estudiando los fenómenos sociales a todos sus niveles.

O sea, que debemos aceptar que la SOCIOLOGÍA, como ciencia, contempla desde todos los ángulos el desarrollo y engranaje que pudiera tener el grupo desde su iniciación hasta prever porqué camino discurrir para llegar al fin previsto, fin en sí mismo, “LA FELICIDAD”, que quedó recogida en nuestra Constitución de 1812 “LA PEPA” :

“…Capitulo III…Articulo 13. El Objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen”

Para la consecución de este objetivo la Sociología se vale de múltiples métodos fundamentados sobre todo en el análisis de los acontecimientos sociales vividos y estudiando los fenómenos surgidos de esas vivencias.

Para los sociólogos, la antigüedad de esta Ciencia la circunscribe equivocadamente al siglo XVIII, colocando como iniciados de la misma a Henri de Saint-Simon y otros, mostrándonos con ello un desconocimiento de la antigüedad de la Sociología y de la utilización de los conocimientos que se tenían sobre los fenómenos que podían incidir en el equilibrio de los grupos para dirigirlos y mantenerlo en el ámbito de la felicidad.

Ya, que si el fin en sí mismo de la sociología es la consecución de la felicidad para los individuos integrados en un grupo. La Sociología como ciencia, ya quedó estructurada con anterioridad al primer cataclismo o crisis convivencial recogido por los historiadores, o por el primer historiador que acumuló y plasmó los conocimientos de la evolución y desarrollo de los hombres en comunidad, como fue Moisés. que por su calidad de sacerdote de Atón, recibió todo el saber egipcio, de lo inmanente, que le habilitaba para acceder al conocimiento de los archivos recogidos en los murales de los templos egipcios y en las tablillas confeccionadas por los sacerdotes. Sus contenidos los transcribió a los pergaminos en el transcurso de su peregrinaje por el desierto del Sinaí. A la vez que recibió el conocimiento de lo transcendente adentrándose en los espacios de las distintas etapas evolutivas, que al decir de algunos, pudieran encontrarse misteriosamente descritas en el Pentateuco.

Y es en el Génesis, donde se extrae la existencia de un pueblo que floreció en las riveras del actual mar Rojo, antiguamente llamado el río Fisón, y también el río Océano, según se pudiera desprender de las ambigüedades dejadas por los antiguos historiadores o geógrafos.

Pueblo que evolucionó, tal vez, según la escala geológica, durante los dos últimos milenios del Pleistoceno. Y que en la temporalidad de esta iteración, fundamentó las bases para el conjunto de tecnologías, que para los científicos encierra la revolución agrícola.

Revolución que marcó el paso del hombre recolector, al hombre sedentario.

Revolución que por el más elemental sentido común tuvo que desarrollarse bajo la placidez continuada de miles de años, por la cantidad de sabiduría, técnica, y ciencias que desarrolló.

Y qué mejor lugar para ello que los territorios del suroeste y oeste de la península Arábiga y el sureste y parte del este del actual Egipto, así como el territorio comprendido en el Alto Nilo.

Territorios protegidos de cualquier contingencia humana, por el Océano Indico y las montañas Eritrea, Abisinia y Barrar y las murallas de los desiertos de Siria, Nedje, Dahua, Arábigo y el de Libia.

Cuál es la antigüedad de este pueblo, verdadero artífice de la transición Paleolítica al Neolítico, todavía se encuentra por descifrar por arqueólogos y geólogos, lo que si es incuestionable que por la tranquilidad y equilibrio que le daba su ubicación pudo desarrollar todo el conocimiento, que luego por “humildad”, o para hacerles pasar desapercibidos, traspasaron a los griegos para que a su vez los transmitiese a otros pueblos.

Lo que es indiscutible que el elevadísimo grado convivencial que alcanzó esta agrupación humana, fue motivado entre otros al ejercicio de un gran sentido común, que les permitió que el territorio donde desarrolló su convivencia fuese denominado como la Arabia Feliz.

Sentido común que quedo inmerso, en la solvencia con que este pueblo se enfrentó a la primera gran crisis demográfica que hubo anterior al diluvio, y que le impulsó a dirigir un contingente de población hacia la actual Palestina y las tierras entre los ríos Eufrates y Tigris, a la vez que envío exploradores en busca de tierras fértiles donde poder asentarse.

Lo que es fácilmente deducible por lo que nos aporta las fuentes que la clase dirigente de este pueblo tuvo que realizar reflexiones sobre el devenir social del mismo, las consecuencias de su crecimiento y hacia qué lugar el mismo les podría conducir. Reflexiones cuanto menos que tendrían que ser consideradas sociológicas, aunque para mí y de conformidad a las fuentes, representa bastante más que reflexiones para entrar en el ámbito de la ciencia. Ya que no puedo aceptar la casualidad en las decisiones adoptadas por la clase dirigente, sino que éstas nacían desde el conocimiento derivado de la confrontación con otros conocimientos los que les condujo a preveer lo que milenios después fue expuesto por Malthus y tener previstos nuevos asentamientos para sus pobladores en la seguridad de tener que redistribuir el excedente de población.

Supuesto, que tuvo que darse como consecuencia de un crecimiento desmesurado de población, a lo que pudo añadirse algún cataclismo como el descrito en el Génesis.

Lo que hay que aceptar como veraz, según atestigua las fuentes, que bien por designio de Dios, o por designio de los hombres, y después de haber desoído a Dios a emigrar y fundar colonias, que éste por el propio exceso de población se vio obligado a dispersarse y habitar nuevas tierras. Correspondiéndole a unos a adentrarse por el Occidente del Mar Mediterráneo, y aproando sus barcos en la costa de la actual Ceuta hacer en esta orilla del mar Mediterráneo un poblamiento al igual que hicieron otra parada en la actual Punta Ciris antes de llegar a su destino que ya tenían preestablecido en el actual Cádiz, como se desprende de las fuentes y que dio origen a los íberos.

Del Génesis podemos extraer que tras el Diluvio se adjudicaron territorios desde los montes Tauro y Amano hasta el Río Tanais en Asia . Que se poblaron Siria y los montes Amano y Líbano. Que se mando reoganizar el actual territorio de Egipto. Que se colonizó Libia, y Judea. Llegandonos hasta nosotros como fue solucionada la redistribucion del espacio para paliar la primera gran crisis por exceso de población sobre un territorio que sufrió el primer grupo social conocido sobre la tierra, según se desprende de nuestras fuentes, tanto las recogidas en el Génesis como las nacidas de las investigaciones arqueológicas y las que se han conseguido a través de diferentes métodos

Fuentes que a su vez nos están gritando, que hacen 5000 años o tal vez más, los semitas originarios de la Arabia Feliz ya tenían un conocimiento bastante profundo de la Sociología como ciencia, y habían previsto las consecuencias que se podían derivar del excesivo crecimiento de población, hasta el extremo de haberse adelantado a los acontecimientos y haber organizado exploraciones que le permitieron reconducir el excesos de población.

La objetividad de las fuentes nos dice, sin con ello precisar las dataciones, que a finales del IV milenio o principio del III milenio a.C. el pueblo semita o el pueblo egipcio se expandió a la vez que un gran contingente de mano de obra la dedicó a la construcción de monumentales edificaciones en piedra..

Y el autor de esta organización y distribución del exceso de población, tal vez atribuible al rey Escorpión o rey Mene, consolidó del Imperio Único al unificar el Alto y Bajo Nilo, nos mostró su capacidad de discernimiento en busca de lo mejor para su pueblo al sintetizarnos con la construcción de las tres pirámides de Gizeh la sinopsis que nos hizo al mostrarnos en sí misma el elaborado conocimiento que había alcanzado el pueblo egipcio o semita en los milenios de evolución Neolítica, representando estas tres pirámides, el contenido de la Sociología como ciencia.

El esplendor del imperio único existente y su distribución sobre la tierra conocida. El conocimiento de la geometría y de la astrología, y sobre todo la capacidad de organización en busca de lo mejor o mas idóneo para su gente al estructurarlas en expansión hacia el Eufrates y el Tigris, hacia el Egeo y en pos de la estrella Héspero hacia Occidente para aposentar a sus gentes en la península Ibérica.

Siendo hasta la presente y no otra, la PIRAMIDE, la figura que describe de forma más definida, la estructura de un Estado y el grado de composición que este debiera tener.
 

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