Con un desenlace no esperado y
rayando en lo trágico. Es el primer aspecto que se
encuentra, aunque en el fondo podría haber algo más, pero
¿Qué?. Es la pregunta que flota en el ambiente, incluso en
los principales cargos de la Administración, pero sin pasar
de ahí.
Era la primera voladura controlada que se llevaba a cabo en
las obras de la SIEP. Se ejecutaba la destrucción del
material sobrante de las voladuras controladas para la
extracción de roca y en esto su cedió el accidente de Fuerte
Mendizábal.
La empresa, hay que dejarlo claro, no es de cualquier tipo,
conoce bien este tipo de trabajos y la forma de llevarlos a
cabo: Movimientos y Voladuras SL, una empresa que, según el
propio delegado del Gobierno en Ceuta, Fernández Chacón, “se
trata de una empresa muy fuerte y solvente, con mucha
experiencia en todo el territorio nacional y que además
cuenta con unos profesionales adecuados para el uso de
explosivos”.
Estas palabras de Fernández Chacón, que coinciden con otros
testimonios sobre la propia empresa, nos llevan a la
pregunta ¿Y qué es lo que ha habido para llegar a este
accidente?
De momento, se queda todo en eso, en una pregunta, mientras
a la hora que estoy escribiendo, todavía, hay un artillero
que se encuentra en estado crítico.
Mucho más lejos, todavía, no hay quien se atreva a llegar,
aunque en las manifestaciones parece haber un poso de
“excepcionalidad” que es difícil traspasar, al menos hoy.
Y he dicho “difícil”, lo que no quiere decir que poco a poco
no se haya avanzado en ese “difícil” que, es posible que,
podamos cambiar por otro adjetivo, más llamativo y acorde
con los sucedido.
Aunque el delegado del Gobierno no ha dado la espalda, a la
hora de atender a los medios de comunicación, lo cierto es
que sus palabras siempre han sido muy medidas y sin
exponerse a “resbalar” lo más mínimo, porque lo que está
deseando es poder dar un paso, pero un paso seguro y
solvente.
En la comparecencia del miércoles afirmó que la detonación
de 125 kilos de explosivo Río Gel, sobrante de las
voladuras, se investigará “hasta sus últimas consecuencias”.
De nuevo, apalabras muy crípticas, pero con un sentido que
él, no sé si solo, debe saber hacia donde va. Y eso se
desprende de cada una de sus palabras, y de todas sus
manifestaciones, en las que, en ningún momento, puede
apuntar a algo normal, y tampoco veo, ni deduzco que apunte
a algo casual ¿Luego...?. Seguimos con las interrogantes.
En la mente de todos, también del delegado del Gobierno,
late la idea esa de “lamentable accidente”, que además
ocurrió a una hora ..., que no sé si será la más normal para
este tipo de trabajos.
Y es que, por ninguna parte asoma cualquier tipo de
imprudencia, si seguimos con los datos ofrecidos por el
propio delegado del Gobierno, en un accidente que se produjo
en el momento en que se procedía a la destrucción del
material sobrante de las voladuras controladas, algo que
exige la normativa vigente “en caso de que no pueda ser
almacenado”.
He leído y releído las manifestaciones y no hay nada,
aparentemente, chocante. Todo ha ido por los cauces de
auténtica normalidad, salvo el desenlace final.
Por ello no me extrañan esas otras palabras del delegado del
Gobierno: “todos estamos con las mismas preguntas, con las
mismas incógnitas y a la espera de la investigación”. Así
estamos
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