Ya va siendo cotidiano en el paisaje urbano ceutí, darse de
bruces, calle real arriba o calle real abajo, con la
manifestación de parados todos ellos con banderas rojas de
CCOO, una bandera de España detrás de la pancarta que portan
mujeres y una música de fondo que mezcla “la internacional”
con canciones protesta de la época de la lucha de clases.
Siempre cantaron estas canciones personajes que al poco
tiempo se “forraron” con el negocio de la protesta y que
dejaron de pertenecer (si es que alguna vez pertenecieron) a
la llamada clase obrera. Muchas de las letras de estas
canciones tienen origen en poemas de auténticos luchadores
de la época brevemente anterior a 1936 y no pocos de ellos
fueron brutalmente purgados por el régimen franquista tras
el final de la guerra civil, que fue en realidad el final de
la democracia y de las aspiraciones de España a incardinarse
en una Europa emergente tras el fin de la gran guerra.
A nadie le debe molestar que quienes lo están pasando mal,
se agrupen, se manifiesten y pidan un esfuerzo a las
administraciones públicas, porque detrás de cada parado hay
un auténtico drama. Pero lo que CCOO está pretendiendo para
este colectivo, una especie de aspirina, no acaba con el mal
de fondo, que está metido en lo más profundo de nuestro
cuerpo social: la falta clamorosa de formación de nuestros
trabajadores y la apelación a algo que no existe: la
segregación laboral.
Mucho tendremos que reflexionar todos y, más pronto que
tarde tomar decisiones en serio, sino queremos que otras
nuevas generaciones se vean en la misma situación de
insolvencia, porque el empleo que se sigue reclamando para
estos colectivos, no puede ser ni de lejos un permanente
instrumento de conciliación social. En Ceuta y en esto los
sindicatos deberían ser los primeros interesados, no se
puede seguir ignorando el problema fundacional de nuestra
singularidad, para seguir apostando por aspirinas mezcladas
con tranquilizante. No se puede dejar que más generaciones
de ceutíes lleguen a la mayoría de edad sin saber hacer “una
o con un canuto”, para terminar fabricando nuevos planes
ineficaces de empleo con los que callarlos por un tiempo. No
se pueden seguir ignorando los movimientos de los mercados
que son los que apuntan por donde va el empleo, para seguir
formando mal y tarde a nuestros parados en materias que no
tienen ninguna salida laboral. Esto sólo sirve para pagar
sueldos de profesores en paro y justificar las aportaciones
de las diferentes administraciones a una política de empleo
que parece hecha por un enemigo.
Pero volviendo a las diarias manifestaciones, conviene
señalar alguna cuestión: ¿por qué cortan intencionadamente
el tráfico de vehículos en las intersecciones por donde
pasan durante un buen rato?. Es decir: ayudar a empeorar el
ya lamentable estado de nuestro tráfico, ¿les ayudará a
encontrar empleo?. ¿les granjeará más cariño por parte del
resto de conciudadanos?.
Y, lo que es mas curioso: ¿Por qué Moreda o Gálvez, pasean
al lado de los manifestantes, pero jamás encabezan la
pancarta?. Sinceramente recuerdan a pastores vigilando su
rebaño.
Tal vez no se identifiquen tanto con los manifestantes.
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