El centro de salud de Recinto acogió ayer la segunda
protesta convocada conjuntamente por Cesm, CCOO y Satse por
la situación que atraviesa la Atención Primaria, la cual,
según los convocantes, se está centrando en atender demanda
olvidando las consultas programadas y los programas de
salud.
La práctica totalidad de la plantilla del centro de salud de
Recinto, apoyada por unos cuantos usuarios, volvió ayer a
concentrarse a sus puertas para secundar la segunda protesta
convocada conjuntamente por los sindicatos Cesm, CCOO y
Satse.
Como recordó el secretario general del Sindicato Médico,
Rafael Lavers, la concentración se producía en un centro que
sirvió de experiencia piloto en el Sistema Nacional de Salud
de lo que debía ser la Atención Primaria como motor de
numerosos programas de actuación sanitaria. “Hoy ya no hay
centro de salud, porque responde más a los principios de lo
que antigüamente se entendía como un ambulatorio”, apuntó el
médico.
Con este recordatorio Lavers trataba de exponer cómo se ha
vuelto a una situación en la que los centros de Primaria se
limitan a atender demanda, sin consultas programadas ni
programas de salud. “Esto conlleva el riesgo de no poder
controlar bien las enfermedades crónicas como son la
hipertensión, la tuberculosis o la diabetes”, apuntó el
portavoz de Cesm.
En este sentido, subrayó que las movilizaciones se llevaban
a cabo para pedir “la mejora de la atención al ciudadano,
para que disponga de más tiempo de consulta”.
“Toda persona que enferma se siente desprotegida, hace una
regresión a la infancia. Los niños necesitan de los cuidados
de su madre y para los pacientes, ante la desprotección, su
madre es el médico. Tiene que sentir su calor, sentirse
observado, atendido, y actualmente los médicos no tienen
tiempo suficiente para proteger psicológicamente al
paciente”.
El portavoz de la Federación de Sanidad de Comisiones
Obreras, Ángel Lara, se manifestó en idéntica dirección para
lamentar que la Atención Primaria “ya no está desarrollando
los programas de salud” y se limita a atender demanda, y
advirtió del riesgo de que pueda volver a suceder lo que “a
principio de los setenta, cuando, en toda España, esta clase
de atención derivó en una sobrecarga de la Atención
Especializada” donde, insistió, “sigue faltando personal”.
El secretario general del Sindicato de Enfermería, Emilio
Barrientos, expresó su confianza en que el Ingesa acabará
dándose cuenta de que “se trata de una protesta global” que
expresa el malestar de numerosos usuarios.
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