El presidente de la Comunidad Islámica de Ceuta se ha
posicionado a favor del Consejo Rector de Sidi Embarek y, en
un escrito, enviado al delegado del Gobierno le informa del
proceso seguido en el caso de Ahmed Liazid quien renunció
ante el Ministerio de Asuntos Islámicos a ejercer como iman
en la mezquita principal de Ceuta. Lamrani califica el
asunto de “importante problema” para los musulmanes ceutíes
La Comunidad Islámica de Ceuta ha remitido un escrito al
delegado del Gobierno para que “intermedie y ponga orden en
la mezquita de Sidi Embarek”. Ahmed Hachmi Lamrani, pone en
antecedentes a Fernández Chacón sobre los sucesos acaecidos
hace una semana en el templo musulmán. Unos hechos que han
servido al presidente de la Comunidad Islámica de Ceuta para
denunciar ante el delegado del Gobierno el trato dado al
iman Ibrahim El Maazzuzi a quien “impidieron oficiar el rezo
del pasado viernes, encerrándolo en el Maksura (habitación
del iman para la preparación del rezo), con insultos y
amenazas de ser objeto de abusos” si asistía al rezo, “según
manifestó el iman llorando”, le informó al delegado Lamrani.
El presidente de la Comunidad Islámica de Ceuta realizó, en
su escrito, un repaso a la historia de Ahmed Liazid Autah
para poner en previo conocimiento del asunto a Fernández
Chacón.
Liazid fue nombrado iman de la mezquita Mulay El Mehdi el 13
de marzo de 1992 cuando ejercía de director de un colegio en
Tetuán. En 1998 sustituyó al iman Hamza en Sidi Embarek
hasta que el 26 de noviembre pasado en que presentó su
dimisión. Desde esa fecha, recuerda Lamrani al delegado del
Gobierno, fue sustituido por el iman Ibrahim. Sin embargo,
el 26 de noviembre pasado “después de tres meses se presentó
en la mezquita aduciendo que fue reclamado por los fieles,
pero eso no es verdad -dijo-, ha sido invitado por la
organización Tabligh”, apuntó.
Lamrani, en su escrito informa también que “en la mezquita
de Sidi Embarek hay un consejo que la dirige”. Y añadió: “Si
el Tablig quiere a Liazid que se lo lleve a su mezquita de
An Noor”. “Un iman no puede oficiar por la fuerza”, culminó.
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