El nuevo hospital apenas si ha cumplido un mes de
funcionamiento para deber atender un desastre sanitario. Sin
embargo, los médicos de Urgencias que atendieron a los
heridos aseguran que su mayor dotación ha permitido atender
afrontar mejor la atención de la emergencia que en el
antiguo edificio.
El Hospital Universitario de Ceuta ha afrontado apenas un
mes después de su puesta en funcionamiento su primera
catástrofe sanitaria, que como subrayó el propio director
territorial del Ingesa, Jesús Lopera, en la misma noche del
siniestro, se ha podido resolver, a efectos asistenciales,
“de manera satisfactoria”.
La doctora Siham Yakloufi, que se encontraba entre los
facultativos que atendieron a los heridos en el servicio de
Urgencias, explicaba ayer a EL PUEBLO que, en el momento de
los hechos, se disponía de cuatro médicos de guardia de
presencia física. Uno de ellos se encontraba en Observación,
otro en la zona de Críticos y un tercero se hallaba
pendiente de atender a quienes iban llegando. “La situación
nos ha estresado bastante porque era realmente difícil, pero
en ese momento sólo pensábamos en sacar adelante a los
heridos”, declaró Yakhloufi.
Según continuó relatando la doctora, los facultativos del
servicio contaron además en todo momento con el apoyo de los
equipos de guardia que se encontraban prestando sus
servicios en planta, lo que se refiere tanto al personal
facultativo como a las enfermeras. “Lo cierto es que pasé
todas las horas claves de la noche en el box de parada para
atender a los pacientes afectados por este siniestro”,
apostilló la médica de Urgencias.
Yakhloufi puntualizó también que no se aplicó ninguna medida
de triaje, un método clásico de la Medicina de emergencias y
desastres para la selección y clasificación de los pacientes
basándose en las prioridades de atención, privilegiando la
posibilidad de supervivencia, de acuerdo a las necesidades
terapéuticas y los recursos disponibles. “En cuanto tenemos
gente verdaderamente enferma, aquí no pasa por triaje,
porque estamos hablando de verdaderas urgencias”, señaló la
doctora.
Los heridos fueron llegando al nuevo servicio de Urgencias a
partir de las ocho y media de la noche, poco después de
producirse la explosión, aunque la dimensión sanitaria del
desastre no se dio a conocer a la opinión pública hasta la
media noche.
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Una dotación superior para atender las urgencias
A la doctora Siham Yaklhoufi,
especializada en medicina familiar, no le cabe la menor duda
de que la atención a los heridos ha podido ser
significativamente mejor en las nuevas instalaciones
hospitalarias de Loma Colmenar que en el viejo centro de la
Cruz Roja. El servicio de Urgencias de uno y otro no resiste
la comparación. Así, como continuó explicando Yaklhoufi, el
nuevo servicio dispone de mayor número de boxes y de cámara
para críticos. Sólo en lo que se refiere a las camas para
este tipo de pacientes, las nuevas Urgencias han aumentado
su dotación hasta las tres, ampliables en situaciones de
emergencia sanitaria. El anterior servicio, por su parte,
sólo disponía de una única cama para atender a los pacientes
críticos, lo que le proporcionaba menor capacidad de
respuesta para afrontar un desastre sanitario de las
dimensiones del que se vivió en Ceuta en la noche de
anteayer martes. El acceso al nuevo servicio de Urgencias
tampoco revistió aquella fatídica noche ningún tipo de
dificultad para las ambulancias y vehículos que
transportaron a los heridos desde el Fuerte Mendizábal. Dos
factores contribuyeron a la buena accesibilidad. En primer
lugar, la hora de los hechos, cuando la circulación
resultaba bastante fluida. Por otro lado, la permanente
escolta que ofrecieron a los vehículos sanitarios la
importante dotación de las fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado que se trasladaron hasta el lugar de la tragedia
en cuanto se tuvo conocimiento de la deflagración y de sus
nefastas consecuencias para los trabajadores.
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