Dos años de prisión y cuatro de alejamiento fueron las penas
solicitadas por la representante del Ministerio Fiscal para
un hombre por una presunta agresión sexual mientras que la
defensa pide la absolución de cliente ya que este niega los
hechos y mantiene que estuvo en la casa de la supuesta
víctima porque ella lo había invitado. Esta argumenta que la
empujó hacia dentro y se abalanzó sobre ella, “me tocó todo
el cuerpo e intentó violarme pero, como tengo fuerza, me lo
quité de encima”.
”No la empujé a la casa, no la toqué, no intenté violarla,
ni le quité la ropa. Fue ella quien me quiso pegar porque al
entrar en la casa, la vi bebiendo alcohol con un chico e
intenté tirar las bolsas y llevarla hacia fuera”. Con estas
palabras se defendió un hombre sentado ayer en el banquillo
de los acusados del Juzgado de lo Penal número 1 por un
presunto delito de agresión sexual, por la que la Fiscalía
pide penas de dos años de prisión y cuatro de alejamiento
mientras que la defensa solicita la absolución argumentando
que el testimonio de la supuesta víctima era “rocambolesco”,
la inexistencia de vecinos que la socorrieran “cuando las
ventanas estaban abiertas y la casa estaba rodeada de
adosados en un espacio pequeño del Príncipe”.
La acusación particular se adhirió a la petición de condena
de la fiscal y recalcó que el parte de los forenses
acreditaba que “las lesiones se corresponden con este tipo
de hechos por las zonas”.
Según las declaraciones vertidas por la denunciante, ella
iba a salir de su casa para recoger a su hijo del colegio
cuando el acusado se presentó allí. Entonces, “me di la
vuelta, me empujó y se abalanzó sobre mí. Me cortó el
camisón, me bajó el pantalón y me tocó pero soy fuerte y me
lo quité de encima”, relató la denunciantem la cual
especificó que a pesar de olos gritos nadie la escuchó y que
fue su hijo el que “entró en la casa alargando el brazo por
la ventana para abrir la puerta y le llevó el móvil a una
amiga, que fue la que avisó a la policía”.
Por su parte, el acusado manifestó que se conocían desde
hace años y que ambos habían mantenido una relación
sentimental durante dos. Inlcuos, “ella me prometió que si
dejaba las drogas se casaría conmigo. Y cuando las dejé, ya
estaba con otro hombre”. Según el propio imputado, ese día
al llegar a la casa, la presunta víctima estaba en compañía
de otro hombre y discutió con ambas a causa de las bebidas
alcohólicas que se encontraban allí y la actitud del hombre.
“Pero no porque me molestase ya que ese no era su novio”,
apostilló el procesado.
En calidad de testigos declararon dos agentes de la Policía
Nacional, quienes compartieron el argumento de que fue el
menor quien les indicó dónde se encontraba la casa, sin
vecinos por los alrededores, y que incluso cuando llegaron,
la pareja estaba de pie. “Pero no recordamos que la mujer
tuviese lesiones, ni la ropa rota; estaba un poco alterada y
el acusado como sorprendido y en actitud de pedir disculpas.
Por ello, cuando lo detuvimos intentó escapara pero luego no
mostró resistencia”, revelaron ambos
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