PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 2 DE MARZO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Era la corrupción
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Veo en un telediario a María Antonia Munar, presidenta de honor de Unión Mallorquina y ya ex presidenta del Parlamento de las Islas Baleares, aguantando el chaparrón de las personas apostadas a las puertas de los juzgados por haber sido acusada de corrupción. Me imagino que también habría partidarios suyos haciéndole el clásico paseíllo. La señora Munar, vista por la televisión, muestra una imagen estupenda. La de una mujer en sazón, cuya desenvoltura en la calle es más propia de una estrella del espectáculo. Lo cual no me extraña lo más mínimo; pues sé que los políticos más admirados son los que se muestran en público con gran dominio de la situación.

De Unión Mallorquina, el maestro César Lumbreras dice que estaba pensada para la corrupción. Contaba con la corrupción. Tenía como fin la corrupción. Era la corrupción. Y ante tan contundente definición de un partido al que califica de no tener más apetencias que el poder por el poder, a mí se me viene a la mente el GIL. No lo puedo evitar.

Sí, ya sé que cada vez que a mí me da por escribir de este partido los hay que se revuelven incómodos en sus asientos. Pierden los estribos. Mascullan maldades contra mí. Y el final es siempre el mismo: terminan acordándose de todos mis muertos y sacándome las tiras de pellejo. Respuestas que no me arredran. Quizá porque me va la marcha. Así, en cuanto se presenta la ocasión, no tengo el menor inconveniente en redoblar el tambor. Dicho para que todos me entiendan: me la suda el repetirme.

Y lo hago a pesar de que Jesús Gil y Gil, a quien conocí cuando aspiraba a ser boxeador y frecuentaba los mismos lugares del Madrid de los Austrias que yo, me caía bien. Porque en realidad el dueño de ‘Imperioso’ llegó a la política carente de ideologías. He aquí una cita suya como prueba de lo que digo:

-La política es un cobijo de incompetentes. Yo no los tendría ni de botones en mi empresa. (1991)

Jesús Gil y Gil nunca engañó a nadie en lo tocante a la opinión que tenía de los políticos. Él los odiaba y estaba convencido además de que las ideologías eran usadas por los políticos para cometer toda clase de fechorías y desatinos. Una particular manera suya de pensar que le impedía reconocer que sin ideales la Humanidad no habría alcanzado logros impensables.

La cuestión es que en esta ciudad, y a pesar de que el GIL era un partido presidido por una persona cuyo historial dejaba mucho que desear, los hubo que se empecinaron en convencer a JG de que Ceuta era su sitio natural. Tierra más que propicia para que él asentara en ella sus reales y la convirtiera en un lugar paradisiaco. Y todos esos, cuyos nombres son muy conocidos, iban a Marbella, cada dos por tres, a rogarle encarecidamente a don Jesús que el GIL se presentara a las elecciones. Porque la ciudad estaba sumida en el abismo.

Los que iban a Marbella, que son muy conocidos, hicieron proselitismo del GIL bajo el lema que les fue recomendado en la Costa del Sol: “El GIL más que un partido será una empresa dispuesta a conseguir dividendos. Y los repartirá entre los más adictos. Y a fe que no pocos se apuntaron a una causa donde se anunciaba semejante bicoca. La de la corrupción.

(Laura Ortiz Gómez es una pensadora destacada (!) de la ciudad.)
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto