LUNES. 22
Otro lunes que llueve con avaricia. De manera que me impide
pasear. Así que me refugio en la sala de estar del Hotel
Tryp y opto por sentarme a una mesa y ponerme a leer la
prensa nacional. Donde raro es el columnista que no le zurra
la badana a José Luis Rodríguez Zapatero. Lo hacen
sin ningún tipo de miramiento. Cuando estaba más embebido en
mi lectura, alguien se acerca a mí para que le preste
atención. Se trata de Ernesto Sáenz de Navarrete Romero.
El muchacho que el 24 de enero creyó conveniente tratar de
injuriarme en un manifiesto en el cual él estampó su firma.
Cuando le pregunto cuál es el motivo por el que quiere
hablar conmigo, no sabe lo que decir. Y entonces lo mando al
garete. Y él me responde que con su firma lo único que
trataba es de que yo dejara de dar tanta caña en mis
escritos. Así que lo vuelvo a mandar allá donde el viento da
la vuelta. Vamos, a los chirlos mirlos. Ante el pasmo de la
persona a la que acompañaba: Luis Moratinos; Director del
Instituto de Cervantes en Tetuán.
MARTES. 23
No es la primera vez que traigo a estas páginas a dos
empresarios cordobeses que no se cansan de hacerle el
artículo a Ceuta allá donde van. Ellos son Luis Parrilla
y Pepe Montes la Rubia. Hoy, en cuanto han
llegado a Ceuta, lo primero que han hecho es llamarme para
presentarme a Fernando Ordóñez. Un constructor que
viene convencido de que enamorarse de esta ciudad es tan
fácil como le han explicado Luis y Pepe. Con ellos han
viajado dos abogados: Miguel Espinosa y Juan Pedro
Dueñas. Quedamos citados en ‘El Mentidero’. Con el fin
de tomar la primera copa antes de comer en el Tryp. Y así lo
hacemos mientras yo les voy contando anécdotas de aquella
Córdoba de los años cuarenta y cincuenta. Luis Parrilla
lleva ya muchos años trabajando en esta ciudad. Y lo ha
hecho de manera que bien podría presumir, cosa que no hace,
de tener amistades a porrillo y de gozar del afecto de mucha
gente. El mismo camino ha emprendido Pepe Montes. Por tal
motivo, no cesan de hablar bien de esta ciudad. Así que
nunca me cansaré de destacar el comportamiento de ambos.
MIÉRCOLES. 24
Yolanda Bell. Hacía tiempo que le había mostrado mi
deseo de mantener un rato de charla con ella. Pero no lo
lograba. Ya que la consejera de Medio Ambiente y portavoz
del Gobierno, unas veces por hache y otras por be, siempre
me daba calabazas. Hoy, por fin, he conseguido que me reciba
en su despacho. Y he disfrutado de una hora estupenda a su
vera. He tenido ocasión de preguntarle por muchas y variadas
cuestiones de su vida. Y me ha respondido con un desparpajo
que yo le desconocía. Alegre, entretenida, agradable,
educada, y en posesión de un garabato indiscutible, debo
decir que Yolanda Bel sigue siendo esa mujer encantadora que
uno descubrió en su día. Mucho han cambiado las cosas desde
entonces acá. Sin duda. Pero ella, a pesar del tiempo
transcurrido y de las duras vicisitudes vividas en su cargo,
no ha perdido esa frescura que tanto la distingue. Y, desde
luego, sabe perfectamente que su figura es objeto de muchas
miradas. No en vano es una mujer atractiva donde los haya.
Sin ser exuberante. O sea.
JUEVES. 25
Estoy citado con un amigo en la cafetería del Hotel Ulises.
Llego con tiempo suficiente a la cita. El que me permite
sentarme a la mesa en la cual están Milagros García y
José Antonio Carracao. Hablamos de todo un poco.
Recordamos tiempos pasados del socialismo de Ceuta. Cuando
la sede de la calle de Daoíz era un hervidero de
simpatizantes y afiliados. Salen a relucir nombres de
políticos que influyeron negativamente en el partido hasta
conducirlo a la ruina. Yo les conté varias anécdotas acerca
de ‘El Periódico de Ceuta’. Y cómo se produjo su
desaparición. Y de qué manera acordamos sustituir el
periódico por un cuadernillo que se hacía en el piso de
cuando yo vivía en Serrano Delgado. A ver si algún día tengo
tiempo y ganas y cuento lo ocurrido entonces. Una situación
que me permitió conocer a fondo a personajes de catadura
moral dudosa. Por decirlo finamente. Y ya aproveché el
tiempo para apalabrar una cita con el secretario general de
los socialistas. Con el fin de entrevistarle para la Revista
‘Ceuta Siglo XXI’. Y acordamos que será muy pronto. En fin,
que cuando estábamos disfrutando de la conversación llegó mi
amigo y tuve que despedirme de Milagros y José Antonio.
VIERNES. 26
Hablar con Isidro Hurtado de Mendoza es un placer.
Hoy he tenido la posibilidad de hacerlo. Le hemos dado un
repaso a la vida política de la ciudad y hemos tratado sobre
los medios de comunicación. También el fútbol ha tenido su
ración de comentarios. Como no podía ser de otra forma. De
Hurtado de Mendoza debo decir que, cuando estuvo
ocupando cargo como diputado del PP, siempre tuvo un
comportamiento excelente con los medios. De él apenas pude
quejarme. Hoy he estado a punto de decirle algo que he
pensado ya más de una vez. Que podría ser un magnífico
presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta. Pero no sé
por qué motivo no lo hice. Así que en la próxima ocasión que
nos veamos, que espero sea lo más pronto posible, seguro que
lo primero que haré es preguntarle si le hace tilín ser,
cuando toque, presidente del organismo federativo. Porque
creo que es una presidencia que está hecha a la medida de su
personalidad. Seguro que sí.
SÁBADO. 27
Hace ya casi cuarenta años que Jaco Zafrani y yo nos
enfrentamos por vez primera como entrenadores de fútbol.
Jamás entre nosotros hubo el menor roce y nuestra amistad ha
perdurado con el paso de los años. Ambos, cada vez que nos
vemos, buscamos en el baúl de los recuerdos y siempre
hallamos un partido entre la Balompédica Linense y el
Algeciras que sigue teniendo todavía el record de asistencia
de espectadores. Nunca más se volvió a llenar el estadio de
La Línea como entonces. Y los dos nos acordamos
perfectamente cómo acabó el partido. Marcó Mesa,
quien luego sería jugador del Sporting de Gijón, cuando
apenas faltaba un suspiro para el final. Y ganó el equipo de
Jaco. Cuyo comportamiento conmigo, en tarde excesivamente
apasionada, fue excelente. Hoy, tomando el aperitivo, los
recuerdos han salido a flote y nos hemos dejado mecer por
ellos. Y tanto nos ha gustado recrearnos en las cosas del
pasado, que hemos decidido citarnos para el martes. Con el
fin de repetir la experiencia.
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