Se están celebrando los nueve años
que lleva ya Juan Vivas como alcalde. La celebración está
consistiendo en invitar a personajes destacados de la
política, pertenecientes al Partido Popular, a que vengan y
le hagan el artículo a quien ha sido considerado el alcalde
más votado de España. Y, por supuesto, el más querido por
sus conciudadanos.
Verdad que no admite discusión. Pues de no ser así, Vivas
seguramente no sacaría esas mayorías absolutas que tanto
impresionan en la calle Génova y que ha acabado por poner de
los nervios a sus adversarios políticos. Quienes son
conscientes de que tal y como está la situación tienen las
mismas posibilidades de ganar unas elecciones que el Xerez
CD de conseguir esta temporada el título de la mejor Liga
del mundo.
No me extraña, pues, que la desesperanza que el hecho
ocasiona a los políticos ceutíes, con deseos de convertirse
en alcalde, les esté causando trastornos de cierta
importancia. Y es que hay que ponerse en el sitio de estas
criaturas para poder comprender lo mal que lo están pasando.
Ya que saben sobradamente que Vivas puede continuar como
alcalde hasta que él decida retirarse.
Porque de no ser así, y salvo que sucediera un contratiempo
grave en el cual se viera inmerso Vivas -pues nadie está
libre de dar un paso en falso-, el alcalde más votado de
España y más querido, tiene cuerda para rato. La suficiente
como para que incluso la desesperanza de Mohamed Alí
y demás políticos aspirantes a la alcaldía, termine
convirtiéndose en aburrimiento sin pasar por la
desesperación. La mejor forma de rebelarse contra lo que no
puede ser y además es imposible.
Fechas atrás tuve la oportunidad de charlar un rato con
José Antonio Carracao, que compartía mesa con
Milagros García en la cafetería del Hotel Ulises, y
salió a relucir el poder que ejerce Vivas en las urnas.
Debido a la fuerte atracción que ejerce sobre la gente. Y
cómo consigue llevársela de calle. Y el más difícil todavía,
como diría Pinito del Oro, la habilidad que tiene
para llevar nueve años dirigiendo los destinos de Ceuta sin
apenas sufrir el menor desgaste.
En lo del desgaste, mentiría si no dijera que el secretario
general de los socialistas opinó que sí lo tenía, aunque en
muy escasa medida. O sea, nada y menos. Con semejante
panorama por delante, tengo la impresión de que JAC será el
candidato a la alcaldía que más pronto desista de su empeño.
Y cualquier día anuncia que ha decidido coger sus bártulos
para presentarse en el currelo que le está esperando en la
otra orilla. Y lo hará porque Carracao es el único
adversario político de Vivas que ha asumido que nunca tendrá
nada que hacer. Pues conoce sus posibilidades reales y las
acepta con su sempiterna media sonrisa y suma tranquilidad.
Nada que ver con la forma de actuar de Mohamed Alí. El cual,
pese a que obtuvo dos éxitos indiscutibles en las urnas,
sueña con imposibles. Máxime cuando, cometiendo craso error,
se ha echado en los brazos de un muchacho que hace un mundo
que no gana un escaño. En fin, que lo de Vivas es digno de
estudio y se ha ganado además el derecho a que los barandas
populares le hagan un homenaje multitudinario. En sitio
adecuado y cuanto antes.
(Montse Taboada Pareja será candidata (!) al Premio
Ondas.)
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