Hemos ido todos o casi todos los
medios a criticar la actuación de John Cobra en el concurso
para ver quién nos representa el Eurovisión.
¿Pero quién es John Cobra?. No es nadie, un parásito de la
sociedad que en su afán por adquirir popularidad, es capaz
de cualquier cosa, aunque esas cosas pasen por le insulto y
el no saber estar de este personajillo.
Teniendo en cuenta quien es este personajillo y lo que le
hemos criticado por su lamentable actuación, con insultos al
público asistente, y mostración de sus atributos acompañado
de frases para evitar su publicación, qué podremos decir del
presidente venezolano, Hugo Chávez, cuando en la Cumbre de
la Unidad latinoamericana acabó con un “¡vete al carajo!”,
al presidente de Colombia, Álvaro Uribe.
Aunque las compasiones dicen que son odiosas por su forma de
actuar, tanto John Cobra como el presidente venezolano, cuál
es la diferencia entre ambos.
Uno un pobre diablo, personajillo del tres al cuarto, con
menos capacidad intelectual que una mosca, que sólo busca
popularidad para recorrer las distintas cadenas de las
“telemierdas” y lograr algo de pasta. Y el otro, Hugo
Chávez, todo un presidente de una nación como Venezuela, que
tiene un programa propio en la televisión venezolana y que,
por supuesto, no necesita la “pasta”.
Quizás algunos piensen, cómo no, porque cada uno es libre de
pensar lo que le venga en gana, que hay una enorme
diferencia entre ambos. John Cobra, merece darle toda la
caña del mundo, por su impropio comportamiento y al
presidente venezolano pues, simple y llanamente que, en esos
momentos se le fue, como vulgarmente se dice, la “olla”.
La culpa de que dijese los de “¡vete al carajo!” al
presidente de Colombia, fue debida a la enorme presión que
tenía en esta Cumbre de la Unidad latinoamericana. Vamos que
no existe comparación alguna, entre este parásito de la
sociedad, John Cobre, y el presidente venezolano.
Pues mire usted, amigo guardia, más responsable de sus actos
y de sus palabras es Hugo Chávez, que el rapero que quería
representarnos en Eurovisión. Al fin de cuentas, el rapero
es un pobre diablo, mientras Hugo Chávez es el presidente de
Venezuela. Y creo, con toda sinceridad, que alguna
diferencia tiene que existir en los comentarios del
presidente de un Gobierno y un rapero callejero, sin más
cultura que la que le ha dado la propia calle, pero que él
no ha sabido asimilar.
Pero con esto pasa, como cuando aquel pobre hombre se le
escapó un pedo en una comida y le echaron a la calle del
establecimiento. Mientras, en el mismo establecimiento, un
señorito de los nuevos ricos realizó lo mismo, y todos los
asistentes le rieron aquello como si fueses una cosa
graciosa.
Esa es la diferencia que existe entre el rapero y el
presidente venezolano. Mientras el rapero es criticado, al
presidente se le ríen sus palabras. Cuando, en realidad, los
dos están a la misma altura en educación. ¿O no?
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