El auditorio del IES Siete Colinas acogió ayer el
espectáculo teatral ‘Habibi’ (‘Amado’ en árabe), iniciativa
principal para la celebración del Día de las Lenguas
Maternas. La asistencia fue de unas 200 personas, según
fuentes de la Ciudad. Los espectadores pudieron disfrutar de
la fusión entre amante y amado y ante todo, entre los
tiempos y espacios, “entre ambas orillas del Mediterráneo”.
Ayer el auditorio del IES Siete Colinas acogió a partir de
las 20:30 horas el espectáculo teatral ‘Habibi’ (‘Amado’ en
árabe) y que reunió a unas 200 personas, según fuentes de la
Ciudad, Una afluencia un tanto escasa teniendo en cuenta el
aforo de la sala, un total de 532 butacas.
A pesar de todo, los asistentes pudieron disfrutar de la
fusión entre amante y amado y ante todo, entre tiempos y
espacios, “entre ambas orillas del Mediterráneo”, como
afirmó la productora, Producciones ‘Viridiana’. Además, los
asistentes disfrutaron de la mezcla de “palabras y versos de
los grandes maestros de sufismo para hacer un ‘viaje’,
planteando una senda por la que discurren años y siglos de
historias, encuentros y desencuentros”, comentaba la
productora.
La iniciativa se ha convertido en el plato fuerte para
conmemorar el Día de las Lenguas Maternas. Así, la
Consejería de Educación y Cultura dio a conocer a través de
la Fundación Premio Convivencia que el acto central para
conmemorar esta jornada sería el celebrado ayer en el Siete
Colinas: “Una obra que se alimenta de poesía, imagen y danza
para dar como resultado una atractiva y original performance
acorde con el espíritu de la fecha”.
Jóvenes artistas norteafricanos y españoles mezclaron ayer
lenguajes y tiempos en un espacio donde las palabras viejas,
los sonidos de la música ritual y la imagen más
contemporánea se fundieron: “Habibi tiene un puente más
necesario que nunca entre Occidente e Islam a través de la
poesía, la música y la danza”, afirmaban desde la
productora. En definitiva, un intenso recorrido por el
universo sufí, la danza derviche y contemporánea, la imagen
proyectada, la palabra, el verso y la música se unieron con
un sólo objetivo: sumergir al espectador en el rico
misticismo del Islam. La expresión dramática de la obra aunó
los lenguajes y habló en el escenario con la voz del teatro
contemporáneo. En ‘Habibi’ se hizo un trabajo sobre la
imagen, que sumó poesía y tecnología.
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