Que no están producidas,
precisamente, por las riadas, sino por la sucesión
continuada de temporales de lluvia que ha hecho que,
incluso, arroyos que llevaban diez años sin correr, se hayan
convertido en caudalosos ríos, con lo que eso trae, a
continuación.
No cabe duda que la serie de inundaciones que se han dado y
pueden seguir dándose, deberán hacer mirar con lupa hacia
varias direcciones, para que esto no se vuelva a producir.
Lo primero es que los cauces de los ríos, arroyos e incluso
torrentes, deberán cuidarse mucho más de lo que se viene
haciendo, desde hace muchos años, sin tener que someterse a
los caprichos de “los ecologistas”, que tanto miran por los
animales, por los “ramajos” y, sin embargo, no parecen
preocuparse demasiado de los problemas que pueden afectar
directamente al hombre.
En segundo lugar y aquí sí que tendrán que entrar “a saco”
las administraciones públicas, para que se construya donde
se puede construir y no donde se le antoje a cada uno,
instalándose en zonas que no les pertenecen, o en zonas que
aun perteneciéndoles no se puede construir, por el riesgo
que hay en cualquier momento.
Y luego ya, para que no se nos quede nada en el tintero, los
responsables de los embalses deberán tener un control
riguroso para que no suceda lo que ahora está pasando, que
cuando más agua traen los ríos y los arroyos, con las
inundaciones más fuertes, han tenido que comenzar a soltar
agua, porque los embalses estaban, por encima del 90%.
Y es que sobre esto, después de las penurias que había hace
pocos meses, con casi todos los embalses por el 15% o menos,
todos habrán querido recoger cuanta más mejor, para evitar
esos problemas en el futuro, con lo que ahora se han
encontrado con los embalses casi llenos, los ríos con un
caudal como no se conocía y con la necesidad de tener que
verter más agua desde ellos, no sé como va a terminar todo
esto, si es que siguen sucediéndose las series de “trenes de
frentes borrascosos”.
Y ahora, si otras veces lo ha habido, incluso por
circunstancias menos duras, me supongo que aparecerá,
especialmente para algunas de estas zonas casi asoladas, la
declaración de zona catastrófica, con lo que ayudas,
subvenciones o lo que necesiten, tendrán que llegar, repito,
como en otras muchas ocasiones han llegado.
Alguien nos dirá ahora que parece que no acompaña nada,
cuando la crisis está cada vez más difícil de solucionar, y
cuando van a aparecer unos gastos extras que, necesarios lo
son, pero que no sabemos de qué bolsa van a salir.
Sea como sea, esos gastos se anticipan, porque con esta
situación luego en el verano no se tendrá que gastar en
tener que llevar agua para muchos pueblos, en cisternas, y
desde muchos kilómetros de distancia, con la particularidad
de que en esos gastos el agua llega para lo justito, y a un
precio muy elevado.
Yo lo decía más arriba y lo tengo que decir ahora, otra
vez:” de esta serie de problemas debemos ir aprendiendo
todos” y muy especialmente tendrán que aprender las
administraciones, para no mirar hacia otro lado cuando,
según en qué casos, hay tolerancia en muchas construcciones
que no debieran hacerse, precisamente ahí.
Casi tres meses de lluvias están dando para mucho, para
recuperarse de la sequía, para que sobre y para que esos
sobrantes pongan en peligro las vidas y las posesiones de
muchas personas.
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