Apenas unos días después de acceder a sus nuevas viviendas,
a estrenar, en Loma Colmenar, algunos de los adjudicatarios
de estos pisos de protección oficial, la han emprendido ya a
porrazos con las paredes y tapiado balcones a su antojo.
Muchos vecinos han ocupado ya los espacios comunes con
tendederos e incluso empleando los portales como lugares de
estacionamiento de sus vehículos. Las obras ilegales
proliferan por toda la promoción de VPO, en la que la Ciudad
ha invertido cerca de 20 millones de euros, y la Policía
Local tomó ayer cartas en el asunto con cuatro denuncias.
Gobernación asegura que continuará la vigilancia.
No ha pasado ni una semana desde la entrega de las 225
viviendas de protección oficial (VPO) que la Ciudad ha
construido en Loma Colmenar cuando están siendo ya objeto de
toda serie de obras ilegales, tanto en sus fachadas como en
el interior y en las zonas comunes. EL PUEBLO ha podido
comprobar, el pasado miércoles y ayer, cómo algunos de los
adjudicatarios la han emprendido a porrazos con ventanas,
balcones y tabiques para suprimirlos y variar la
configuración de sus fachadas y de zonas comunes. También se
observan en el interior de los edificios, acumulaciones de
escombro procedentes del interior. Los pisos se han
adjudicado por parte de la empresa municipal Emvicesa a
familias que habitaban núcleos de infravivienda como las de
las Caracolas o Patio Castillo, o cuyas casas habían sido
expropiadas de zonas como la Agrupación Norte, Fuerte
Mendizábal y Miramar-Chorrillo.
En la mañana del miércoles, justo una semana después de que
comenzara la entrega paulatina de los pisos, en uno de ellos
se había suprimido un balcón, sustituido a lo largo de la
jornada de ayer por una ventana cuyas medidas y carpintería
metálica nada tienen que ver con los originales. Los autores
de la obra tuvieron eso sí la previsión de pintar la zona
afectada de la fachada de la misma tonalidad con que se
entregó la promoción, cuyos exteriores destacan por su
variado e intenso colorido. En otros balcones, el “tapiado”
se observa en el interior y se realiza mediante ladrillo y
también a base de piezas de cristal.
En muchos de los descansillos se observaba asimismo
acumulación de materiales de obra, ladrillo y cemento, y en
al menos uno de estos puntos, los elementos apilados no eran
de material nuevo sino que se correspondían con los restos
de un tabique.
La ocupación de los espacios comunes entre viviendas, se
refleja en los numerosos colgadores de ropa atornillados en
los muros exteriores y también en el “estacionamiento” de
una motocicleta asegurada a la barandilla de una de las
escaleras con su correspondiente candado.
Ante esta situación, y según confirmó ayer el consejero de
Gobernación, José Antonio Rodríguez, la Policía Local
decidió actuar y a día de hoy había interpuesto ya 4
denuncias “con sus correspondientes fotografías”.
Denuncias de la Policía
“No vamos a permitir el chabolismo en una zona moderna, en
la que tanto nos estamos esforzando por urbanizar la Ciudad
y la Administración del Estado”, afirmó el responsable de la
Policía Local. Rodríguez destacó en este sentido que los
adjudicatarios disponen ahora de unos pisos “que reúnen
todas las condiciones que no tenían donde vivían”, por lo
que “no está justificado que se produzca esto después del
esfuerzo que se ha hecho desde la Ciudad para realojarlos”.
De ahí que la policía vaya a mantener la vigilancia en la
zona para notificar a la Consejería de Fomento las
infracciones que se cometan y que, además de “retirar” los
materiales instalados sin permiso, los responsables de las
obras sean sancionados con las correspondientes multas.
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