La decisión adoptada por las
centrales sindicales mayoritarias, UGT y CCOO, en relación
al inicio de movilizaciones en diferentes puntos de nuestra
geografía, con motivo de las últimas decisiones adoptadas
por el Ejecutivo socialista, deberían haber respondido a las
reivindicaciones de una ciudadanía desorientada y hastiada
de la gestión económica, de quienes han originado el mayor
incremento en el número real de desempleados de nuestra
corta historia democrática.
Es momento de refrescar la memoria a quienes apoyaron en las
urnas a los que, desde el primer momento, siempre utilizaron
la mentira como única justificación a su incapacidad. El
primero en mentir, fue el máximo dirigente en las cuestiones
económicas del partido socialista, Pedro Solbes, durante la
campaña electoral de las últimas Elecciones Generales, al
afirmar que no existían datos reales que avalaran los
primero síntomas de la crisis socio económica que se
avecinaba. Poco después, con motivo de la campaña electoral
de las Elecciones Europeas, reincidió en la mentira al
afirmar que saldríamos de la crisis en el segundo semestre
de 2009. Posteriormente, les correspondió mentir a los
responsables en las áreas de Trabajo y Economía, cuando
aseguraron que no llegaríamos a los cuatro millones de
desempleados para, unos días después, corregir al señalar
que el paro seguiría creciendo durante el año 2010.
Hasta este momento, las mentiras habían sido protagonizadas
tan solo, por destacados miembros del Ejecutivo de Zapatero
quien, para no ser menos que sus subordinados, no tardó en
incorporarse al club de los mentirosos al proclamar
contundentemente en sede parlamentaria “España no esta peor
hoy que hace seis meses” y “España está prácticamente a
punto de dejar la recesión económica”. Aunque, no han sido
las únicas frases pronunciadas por el máximo dirigente
socialista desde su llegada a la presidencia del Gobierno en
respuesta al incremento espectacular en el número de
desempleados. Las últimas medidas presentadas demuestran la
insolidaridad del Ejecutivo socialista con la ciudadanía, al
plantear un aumento en la edad de jubilación de los 65 a los
67 años así como, una ampliación de 15 a 20 en los años
cotizados necesarios para tener derecho a Pensión
Contributiva, como solución al descenso en las aportaciones
a la Seguridad Social por parte de los trabajadores
españoles.
En definitiva, las centrales sindicales mayoritarias han
decidido responder con “timidez” a través de la
movilización, contra quienes han protagonizado la peor
gestión económica de nuestra corta historia democrática.
Gestión, que no debemos olvidar, ha causado más de 4.500.000
de desempleados, entre los cuales, 1.220.000 corresponden a
familias con todos sus miembros parados y 1.434.000
desempleados sin ningún tipo de prestación. Un tasa de
desempleo que alcanzará el 20% en los próximos meses frente
a un 9% existente en la zona euro. No obstante, me embarga
el mayor sentimiento de frustración al comprobar como, las
centrales mayoritarias han sido incapaces de movilizar a la
ciudadanía en los peores momentos socio económicos de toda
nuestra historia democrática. Resumiendo, una pregunta
extraigo de mi reflexión y del trabajo desarrollado por
estas centrales en la preparación de las manifestaciones
organizadas ¿qué habría sucedido sí el Partido Popular
hubiera estado en el Gobierno de España?
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