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E l homenaje que la Ciudad tributó
ayer en nombre de todos los ceutíes al bombero Marco Antonio
Navas, el primero del Cuerpo de Extinción de Incendios de
Ceuta fallecido en acto de servicio, es además de merecido,
muy sentido. La concesión de la Medalla de Oro no es sólo un
reconocimiento a la labor de este profesional, sino, por
extensión, a la de un colectivo que vela con su trabajo y
dedicación por la seguridad de todos. La muerte de Marco
Antonio Navas representa además un sacrificio que servirá
sin duda para evitar que otros compañeros puedan verse en
una situación como la que produjo el accidente que le costó
la vida, pues tras el suceso, se han mejorado los medios de
los que disponen estos valerosos y entregados hombres.
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OPINIÓN / EDITORIAL
