Como cada sábado me dispongo a ver
el programa de Canal Sur titulado “Se llama Copla”. Un
concurso en el que cada uno de los participantes, buscan
llegar y conseguir la fama que da el verse ganador del
mismo.
Hemos entrado en la fase final donde todos los
participantes, dan lo mejor de ellos mismos con tal de
conseguir el ansiado premio final que, por cierto, no está
en manos del jurado calificador del concurso si no en el
compadreo existente en las votaciones que envíe el público
seguidor del mencionado concurso. Y uno, ante esto se
pregunta ¿paras qué vale el jurado?. Y me contesto, para
nada.
A nuestra tierra la representa Nazaret, una chica que tiene
todo para triunfar en el difícil arte de la copla que tal y
como está el mercado, en estos momentos de crisis,, abrirse
camino en el mundo del espectáculo es un auténtico milagro.
Ser artista y llegar a alcanzar la fama y, con ello, un buen
nivel económico no está a la altura más que de unos pocos
privilegiados descontando, por supuesto, a los pocos
artistas que ya están consagrados y que son un aval de
garantía para todos los productores, pocos por ciertos lo
que van quedando, capaces de invertir su dinero en un
espectáculo.
Los espectáculos, hoy día, los llevan a las ciudades los
ayuntamientos, que son los únicos capaces de pagar los
actuales caché de los artistas y siempre, sin discusión
alguna, tratando de traer a los mejores.
En su actuación del pasado sábado, Nazaret, estuvo a la
altura que era de esperar en ella, toda una gran artista que
tiene todos los atributos para triunfar en este difícil
mundo de la copla. Es guapa lo que es algo importante al
salir a un escenario, consigue llenar son su presencia el
escenario y canta e interpreta a la perfección. En una
palabra es artista.
No entiendo, porque es difícil de entender, que personas que
se presuponen saben de qué va el asunto del concurso, digan
lo que le dijeron a Nazaret al finalizar su actuación. Tanto
María Jiménez como Hilario López Millán, le reconocieron que
había cambiado una frase y vuelta a recoger la misma en la
segunda estrofa.
Sólo se habían dado cuenta ellos dos,. Cosa curiosa y más
viniendo de una artista que se habrá equivocado en varias
ocasiones a lo largo de su carrera y de un buen entendido en
el asunto. Pues, ambos dos, saben de sobra, que los que
caracteriza a un buen artista es enmendar el fallo sobre la
marcha sin que el público se entere. Eso es se artista.
No es ser artista hacer lo contrario, ser incapaz de enlazar
lo que se había quedado atrás y quedar sen “blanco” en lo
alto de un escenario.
De todas formas, el jurado pinta menos que servidor en la
capilla Sixtina porque, todos los concursantes, dependen de
las votaciones populares, donde entra el conocimiento, la
amistad y porque es de mi pueblo.
Lo de ayer, con Nazaret, por parte de María Jiménez e
Hilario López Millán no se entiende o igual si se entiende.
Y que conste que en esto de ser o no ser artista no me
“caso” con nadie. Ni aunque sea mi paisana.
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