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OPINIÓN - LUNES, 22 DE FEBRERO DE 2010

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Don Juan Carlos, el “Don King”
de la Economía Española

 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Cual un “Don King” (el promotor de boxeo mas famoso del mundo organizador de mil combates entre las estrellas del pugilismo universal que logró enfrentar a Muhammad Alí -Caisus Clay- contra George Foreman en Kinssasa, Zaire, en 1974) S.M. El Rey Don Juan Carlos I ha querido mediar, políticamente, entre los “pesos pesados” que rigen nuestros asuntos públicos, para que, si es posible, se pongan de acuerdo en aquello de sacarnos delante de la galopante crisis que nos acucia. Y ya hemos entrado de nuevo, como viene siendo nuestra costumbre, en comparar los enfrentamientos dialécticos entre Rodríguez Zapatero y Rajoy Brey con un combate de boxeo y, en esta ocasión, con mas motivo por haber intervenido nada menos que Don Juan Carlos para tratar de poner de acuerdo, entre otros, a estos dos “pugilistas” que en reiteradas ocasiones se han subido al “ring” del Congreso de los Diputados para dilucidar nuestro porvenir económico sin que, hasta el momento, hayan podido aclararse, a pesar de las “palizas” que se dan, con respecto a como van a quedar las finanzas españolas, caudales, bienes, la hacienda pública o tal cual queramos llamarle.

Existe, entre los dos “púgiles” a los que quiere poner en solfa (coloquialmente: zurra de golpes) nuestro Rey, un conocimiento mutuo del juego de piernas, fintas y puntos flacos y aunque Zapatero se encuentra al borde del “Knoch Out” (K.O. para entendernos) o “groggy” (vacilante, tambaleante, zombi –esta palabra parece ser que proviene de un idioma africano-) el otro “luchador”, no acaba de encontrar la “distancia” propicia para acabar con su oponente, ni sus golpes están lo suficientemente argumentados, razonados o no son, llamémosle, contundentes para finiquitar la contienda que vendría a resolver el problema que el país tiene planteado que es el de todos aquellos autónomos, currantes por cuenta ajena y pensionistas (en este caso obligados espectadores de la “disputa del título” “castigados” con un incremento del IVA, del IRPF y la consiguiente bajada de las pensiones aun cuando hayan recibido un escrito del Ministro de Trabajo anunciándoles la subida del uno por ciento), sin incluir aquí a nuestros parlamentarios que disfrutan, aunque no asistan al “tajo”, de unas buenas retribuciones y reconocidas unas pensiones máximas por su pertenencia a las Cortes con solo siete años de ejercicio.

Pero, a lo que vamos: José Luis Rodríguez Zapatero, a la vista de las circunstancias, ha querido convertir estos combates de boxeo en otros llamados de “pressing catch” (lucha libre americana) en los que se enfrentan hasta tres púgiles a otros contendientes (que ha llamado Comisión de Negociación) habiendo designando titulares a estilistas expertos/as como Elena Salgado, Pepe Blanco y Miguel Sebastian (éste ultimo, al parecer, repuesto del contundente K.O. que le infringió Alberto Ruiz Gallardón en la última disputa por el “cetro” del Ayuntamiento de Madrid), dejando fuera de esta selección nada menos que al principal actor y director del ministerio de los currantes, Celestino Corbacho, al que le siguen, con perseverancia, los mas de cuatro millones y medio de “aficionados” (entiéndase parados), que tardará en recuperarse del malestar que le ha ocasionado su suplencia.

Por parte de Mariano Rajoy no se ha tenido en cuenta el reto del titular de los pesos pesados españoles Rodríguez Zapatero de que participe en esta disputa ni, tampoco, ha atendido aquello de que “si tiene valentía y coraje que presente una moción de censura” (así, cuando se tiene mayoría en el Congreso, es como se las ponían a Fernando VII). Más bien el “púgil” de Génova 13 se inclina por una sesión de confianza (la que parece rehuir el “titular de la categoría”) que, al saber de los muchos aficionados al noble arte del boxeo, debería haber planteado en la misma “velada” si no le parecía bien, según expuso, “hacerse corresponsable de las acciones del gobierno pues ello seria irresponsable”.

El otro “púgil”, avezado ya en estas lides, exhibió un amplio programa de actuaciones y reiteró (¿otras de sus mentiras?) “la pronta recuperación de la economía y la creación de empleo antes de que se acabe este año”. Amagos todos, pensamos, que no llegan al “aficionado” que solo ve en estos enfrentamientos dialéctica barata que produce el desencanto, desconfianza y pérdida de la “afición” a pesar de los esfuerzos del “promotor” don Juan Carlos I para que se pongan de acuerdo quienes rigen o aspiran a regir nuestro asuntos públicos en acciones que, como hemos dicho, vengan a superar la crisis que nos acucia.
 

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