Como a estas alturas de la edad tardía todos sabéis que el
Carnaval es una celebración pública que tiene lugar
inmediatamente antes de la cuaresma cristiana, y por ello se
ha de ubicar en una fecha variable cada año que suele ser
desde finales de enero hasta principios de marzo, también
sabréis que suele celebrarse con disfraces, desfiles, bailes
y fiestas, tanto en la calle como en los locales sociales.
Suele ser, el Carnaval, un período de fiestas en la que
destaca una característica común como es la permisividad y
un cierto descontrol.
Tal vez provenga el origen del Carnaval de aquellas fiestas
paganas en honor a Baco, el dios del vino, las saturnales y
las lupercales romanas o de las que se realizaban en honor
del buey Apis en el antiguo Egipto.
No podemos afirmar que el Carnaval que organizó la Casa de
Ceuta en Barcelona, el pasado sábado día 13 de frebrero,
pueda compararse al más grande del mundo como es el de Río
de Janeiro (Brasil), pero ganas e ilusión no faltaban y ello
compensa las malditas comparaciones con orgullo y
participación.
Pues bien, dentro de las celebraciones generalizadas en todo
el mundo, excepto en países islámicos creo, la Casa de Ceuta
en Barcelona no podía ser menos y, liándose la Junta
Directiva la manta a la cabeza organizó el correspondiente
Carnaval en un ambiente tan cariñoso y cercano como es el
familiar.
Un sábado de febrero, con Eolo reinando sobre las
despeinadas cabezas de la gente y llevando el frío, tremendo
frío, a lomos de sus corrientes aéreas hasta el más
recóndito rincón de la enorme y populosa urbe, incluso
colándose en el local social de la Casa que tuvieron que
tirar de calefacciones, no resultó óbice para impedir que
los pequeños participantes, con sus disfraces y maquillajes,
acudieran sobre las 6 de la tarde para participar en el
Carnaval organizado por la entidad catalano-caballa.
Sobre las 8 de la tarde empieza el concurso infantil, con la
algarabía propia de la prole, y sobre la tarima comenzaron a
desfilar los chavales con sus disfraces y una enorme ilusión
pintada en sus rostros.
Al término de la presentación y desfiles de chavales y
chavalas disfrazados, el severo jurado presidido por el rey
Carnestoltes otorgó los premios que se citan a continuación:
Categoría de 0 a 3 años:
1er. Premio: Aurora Gordillo, disfrazada de Reina del Hielo.
2º. Premio: Inés Mª Huskisson , disfrazada de Cenicienta.
Categoría de 4 a 8 años
1er. Premio: Ian Vera Gilabert, disfrazado de JelBoy
2º. Premio: Lucía Gordillo, disfrazada de Dama de Charleston
Categoría de 9 a 14 años
1er. Premio: Paola Llaudet y Ana Valls, disfrazadas de Damas
de Cherlestón
2º Premio: Crsitina y Daniel Quiles Núñez, disfrazados de
Algo
Una vez acabado el concurso de disfraces infantil se
procedió a celebrar la cena de Carnaval que duró hasta las
22,30 horas.
Al cabo de la misma se procedió a leer el Pregón
Carnavalesco, escrito por el socio Manuel Lago, a cargo de
la portentosa voz de Loli Contero.
Este acto dio ocasión a que se abriera el Concurso de
Disfraces reservado a los adultos, que participaron en buen
número y a los cuales el rey Carnestoltes, con su Jurado,
revisó severamente antes de conceder los premios que fueron
a parar como sigue:
Categoría Individual
1er. Premio: María Isabel Herrera Clavero, disfrazada de
colegiala
2º Premio: Isabel Borja Vilche, disfrazada de Picapiedra
Categoría Parejas
Ünico Premio:Esperanza Borja Vilche y José Vera Rodrígues,
disfrazados de época.
Categoría Grupos:
Único Premio: Grupo de Indias, formado por Mercedes Teresa
Muñoz, Dolores Bernal y Pepi Medina.
Al finalizar el concurso de adultos, todos procedieron a
participar en el grandioso baile que se desarrolló hasta
altas horas de la madrugada, momento en que este cronista se
tumba en su amada cama en intentos de mantenerse sereno ante
tanta bacanal de cuerpos disfrazados.
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