Por algo estamos en recesión. No
se pueden hacer despilfarros y el PP, en su noveno
cumpleaños en el Gobierno de la Ciudad lo ha querido
festejar sin alardes de invitaciones, pero sí recordando lo
que se ha hecho en estos años.
Esa es la mejor invitación, no me cabe la menor duda, como
igualmente me ha parecido el mejor invitado, en mucho
tiempo, el presidente del PP en el País Vasco, Antonio
Basagoiti, que tuvo la gentileza de acompañar el presidente
de la Ciudad, a los componentes del Gobierno y a todos los
afiliados y simpatizantes del PP en Ceuta, que en la noche
del viernes, estuvieron en la quinta planta del Hotel Tryp.
Hay muchos aspectos de esa celebración que vamos a poder
analizar y debo comenzar por el recuerdo que en su momento
se hizo de cuatro personas ya fallecidas del PP, dos de
Euskadi y otras dos de Ceuta, que dejaron su huella por sus
actuaciones: Elena y García Bernardos en Ceuta, Gregorio
Ordóñez y Miguel Ángel Blanco en el País Vasco.
Está claro que, incluso en las celebraciones, hay memoria y
hay sentimientos para recordar a aquellos que supieron estar
en su sitio, y cuando ya no están, los de aquí porque la
muerte natural les sobrevino en el día que tenían marcado y
los del País Vasco, porque la fuerza bruta y la intolerancia
no respetan ni lo más sagrado que tenemos, la vida, los
cuatro fueron recordados con nostalgia y con cariño.
Juan Vivas hizo un repaso a lo que realizado en este tiempo,
una marcha en la que marcó lo que éramos y lo que “semos”,
recorriendo la Ciudad, sus barriadas, sus ayudas y todo el
talante y el talento mostrado a lo largo de estos nueve
años, de los que los primeros días, podría haber recordado,
que fueron difíciles, cuando realmente no se sabía donde se
estaba entrando, tras el paso por aquí, corto e “intenso”
del Gil, que con dos años más no hubiera dejado piedra sobre
piedra.
Con todo, la exposición de Juan Vivas era fácil, se había
recorrido un camino y cada vez éste estaba más expedito,
porque desde muy pronto se dio cuenta que no iba a tener
oposición.
Más difícil lo puede tener el presidente del PP en el País
Vasco, Antonio Basagoiti, que con gran cariño hacia Ceuta y
a todo lo que significa lo ceutí, quiso hacer, y lo logró,
una serie de paralelismos entre nuestra Ceuta y su Euskadi.
El, también, se mostraba optimista, porque va a hacer un
año, en el País Vasco se pasó de un Gobierno intolerante
para todo lo de ámbito nacional, a un Gobierno en el que con
la gran colaboración del PP se puede mirar hacia delante,
porque ahora las “bestias” terroristas, cada vez, tienen
menos terreno donde actuar y con ello el auténtico espíritu
de los vascos, acogedores, emprendedores y deseosos de
generar trabajo y bien, podrá salir a flote, sin tener que
salirse, los vascos, también, de su propia tierra.
En su exposición, Antonio Basagoiti mostró un talante serio,
tranquilo, respetuoso, salvo para quienes sólo defienden la
fuerza por la fuerza. A esos les deseó que pasen años y años
entre rejas, aunque sea con “la roja de la Selección”, como
llevaba hace cuatro días un etarra al que detuvo la policía.
Pero es más, Antonio Basagoiti valoró en su justa medida, no
más, lo que el PP, al haber pactado con el PSOE, había hecho
para que tras muchos años de Gobiernos que separaban, ahora,
el actual agrupe a todos y nadie se encuentre excluido,
algo, decía, que sucede aquí en Ceuta. Un feliz cumpleaños y
un invitado de lujo.
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