El lunes, a partir de las 20:00 horas, en la sede de la
Federación Provincial de asociaciones de vecinos, tendrá
lugar una doble asamblea. Una ordinaria, en la que se dará
cuenta de los informes de gestión y económico y
posteriormente una extraordinaria, en la que se procederá a
la elección del presidente. El que hasta ahora ha sido
presidente de la Federación, José Ramos Aparicio, presenta
su candidatura apoyado por toda su junta directiva y con el
propósito de finalizar el programa de gobierno que se
estableció para el funcionamiento de la propia Federación.
Ramos da su valoración de lo que ha sido hasta ahora su
trabajo y lo que podrá ser a partir de la celebración de las
votaciones, el día 22.
Pregunta.- Dada la importancia adquirida por la Federación
de Vecinos, ¿cómo debería ser el presidente que estuviera al
frente?
Respuesta.- Hombre, el movimiento vecinal no entiende de
culturas, rezos, credos u otras actuaciones. Quiero decir
que con ser presidente de una asociación bastaría para ser
presidente de la Federación. Pero una cosa es ser presidente
y otra ser responsable. No todo el mundo es responsable. Una
Federación de Vecinos, de la importancia de la nuestra no es
un patrimonio político, sino social y, de mi responsabilidad
al frente de la Federación puede dar fe cualquier dirigente
de cualquier partido, central sindical o entiendad. He
tratado de mantenerme al margen y no significarme más que
para unas siglas, a la que me debo, desde que llegué, las de
la F.P.A.V. de Ceuta.
P.- ¿A qué cree que se debe el hecho de que antes nadie
quisiera presentar su candidatura para presidente a la FPAV
y ahora sea algo que se dispute?
R.- Seguramente, porque no debe ser la misma Federación. La
que he tenido el honor de dirigir, hasta ahora, ha crecido
en sentimiento, en agilidad, en recursos vecinales, en
representatividad. Eso no se consigue por ciencia infusa, es
más bien una capacidad para dirigir una entidad que debe ni
puede engañar a nadie y, lo que es más importante, nadie
debería dejarse engañar con emotivas palabras, porque hechos
son amores, no buenas razones.
P.- ¿Cuáles son sus logros?
R.- No es mi logro, sino el de toda la Federación; desde el
primero hasta el último presidente de cada asociación
vecinal. De mi junta directiva y en última instancia yo, que
creo haber aglutinado a unas personas muy válidas que le han
dado sentido vecinal a esta Federación.
P.- ¿No se apunta como propio ningún tanto?
R.- Insisto, la credibilidad se la gana uno cuando está en
el cargo y, tras un tiempo de gobierno, puede hablar de
metas conseguidas, no de promesas. Ahí, sí que creo que debo
apuntarme un tanto. Podría hablar del avance en todos los
sentidos obtenidos hasta ahora; desde las jornadas inter-
generacionales hasta los cursos de formación, pasando por
contar con la confianza de la Ciudad Autónoma para que
designara a la Federación como la entidad que aglutinara al
extinto ‘Pacto Territorial’, con una importantísima cantidad
económica y que tras dos años y medio de gestión de la
Federación, aún la Ciudad siga pensando que estamos
realizando una magnífica labor. Esas son obras y no
actuaciones que viene llevando a cabo la Federación de
Vecinos, en materia social y ciudadana y no creo que ese
trabajo se atreva nadie a discutirlo.
P.- Para llegar a conseguir todo eso, ¿qué es lo que hay que
hacer?
R.- Echarle muchas horas. No tengo más remedio que recordar
que todo el trabajo es de manera desinteresada. Aquí nadie
cobra un ‘duro’ por ser directivo y no hace falta que diga
que, todo ello, robándole el tiempo a la familia, a los
entretenimientos y a los paseos. En definitiva, en vivir un
poco más la vida. Pero para eso, hay que llevar sangre
vecinal, que es una sangre especial, sin cambiar de color.
De todos, es conocido que hago más horas en la Federación
que en mi propia casa. Que no tengo sábados ni domingos, que
estoy operativo las 24 horas del día y, todo eso, sin que
nadie me obligue. No todo el mundo puede decir tan
categóricamente esas palabras.
P.- ¿Es democrática la Federación de Vecinos?
R.- Que no le quepa duda a nadie. Al cabo del año, se hace
un mínimo de 4 o 5 asambleas en las que no sólo se da cuenta
de los temas a tratar, sino que se pide la opinión de los
presidentes vecinales y, en última instancia, se vota lo que
la mayoría opina. Por otro lado, en la junta directiva
ocurre tres cuartos de lo mismo. Se tratan los temas
exponiéndolos o avanzándolos, para que posteriormente se
abra un debate que da cabida a la opinión de todos, lo que,
generalmente, trae como consecuencia la mejor opción;
precisamente porque se debate, se opina y se llega,
finalmente, al mejor consenso. Si no es esa una forma de
democracia, debo entender que la democracia todavía no se ha
inventado.
P.- En ocasiones se le ha acusado de pagar con prebendas a
los presidentes ‘cómodos’ y despreciar a los ‘incómodos’,
¿qué opinina de esto?
R.- Sí, claro, porque yo soy el ‘Dios de los vecinos’,
¡venga hombre! ¿De verdad piensan que si esa hubiera sido la
fórmula de actuación no me habrían ‘botado’ en lugar de
votarme? El presidente es presidente de una asociación y
cada uno desea lo mejor para la suya. Cierto es, que algunos
son más vehementes que otros, más insistentes, más
reiterativos, más impacientes, pero si por esta razón yo los
tuviera como ‘incómodos’ no habría durado mucho tiempo.
Ellos forman la Asamblea de la Federación, y el que la hace
la paga. Yo creo que todavía no lo he debido hacer porque
nadie me lo ha echado en cara.
P.- ¿Es conveniente aglutinar el trabajo de toda la
Federación en 4 o 5 vocalías?
R.- Nosotros no tenemos que ‘amortizar’ puestos de
dirigentes, porque no cobran. El nombramiento de vocalías en
la Federación que dirijo, no es un capricho, es el
razonamiento lógico al número de consejerías que tiene el
propio gobierno de la Ciudad Autónoma. Con ello se gana
adaptabilidad y operatividad. Además, si tuviera que
‘racionar’ el número de vocales, cada uno tendría 3 o 4
consejerías que atender y, si trabajan, ¿qué tiempo podrían
dedicar a llevar bien su ‘parcela’? ¿No es mucho mejor que
participen y roten los presidentes de las asociaciones
vecinales, aprovechando que el número es mayor? Así todos
podrían tener la posibilidad de conocer mejor los entresijos
político-sociales, que les ayudaría en su propia labor como
presidente de asociación vecinal. Sabría tratar y entenderse
mejor con los funcionarios y los cargos políticos. Eso de
‘rebajar’ las vocalías que se quede para otros, que a lo
mejor no quieren alrededor a ‘moscones’. A mí, no me
importa.
P.- ¿Es cierto que los miembros de su Federación realizan
viajes suntuosos?
R.- A veces me tengo que reir de los comentarios que ha
hecho cierto personaje, relativo a los viajes que hacemos
los representantes de la Federación de Vecinos de Ceuta. Por
placer, la Federación no pasa un sólo cargo a la Ciudad; por
trabajo, cuando debemos acudir a jornadas que organice
cualquier Confederación, acudimos con los gastos de estancia
pagados. Nosotros sólo abonamos el viaje del desplazamiento
que, hasta hace muy poco, se ha hecho en coches
particulares, con el riesgo que suponía cualquier incidencia
en el vehículo. Pero ahí hemos estado. Otra que trago, pero
que no digiero.
P.- ¿Qué espera el día de las votaciones del movimiento
vecinal?
R.- Principalmente, espero que acudan, eso está claro,
porque lo del voto ya lo deben tener ellos tan claro como
yo. Me conocen y saben de mi trabajo. Mi premio, si es que
lo recibo, es también de ellos, que todos estos años atrás
me han apoyado y por ahora no les ha ido nada mal.
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