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OPINIÓN - VIERNES, 19 DE FEBRERO DE 2010

 
OPINIÓN / EL ANÁLISIS

Llega la hora de la verdad para la AD Ceuta

Por Jesús Carretero


Es el momento de asentarse, para no volverse a mover más hacia fuera, entre los cuatro primeros de la clasificación general. Todo lo que se deje pasar puede convertirse en una marcha sin retorno, y eso no es los que se espera, tras la marcha, aunque haya sido titubeante, hasta ahora.

Van tres encuentros consecutivos de los que tan sólo se sacó un punto, y eso no entra dentro de lo normal, porque lo normal, no digo lógico porque la lógica no se da a diario en el fútbol, hubiera sido lograr cuatro si es que no seis, contando con que el Granada iba a ser inaccesible y sin embargo fue el que más opciones, porque allí se jugó mejor, dio para puntuar.

Lo del Marbella fue un fiasco, y lo del Alfonso Murube, ante el Betis B, una auténtica vergüenza y una falta de profesionalidad en más de un componente de la plantilla, que el Ceuta no puede ni debe aguantar.

La derrota ante el Betis B terminó con Carlos Orúe como entrenador del Ceuta, una salida que ni el técnico jerezano merecía, ni ningún técnico merece, tras haber hecho todo lo que él puede, sin haber sido correspondido por más de uno de los componentes de la plantilla. Y es que Carlos Orúe ha sufrido en sus propias carnes lo que no es extraño en el mundo del fútbol, cuando un grupo de los que deberían ser serios profesionales y trabajar al mismo ritmo que el entrenador, hacen la guerra por su cuenta y en contra del técnico.

Y no me refiero a toda la plantilla, porque sería injusto, pero sí que sabemos todos, y ellos mejor que nadie, como se han fraguado ciertas cosas que creo y deseo que no vuelvan a repetirse, porque de ser así aparecerán nombres, horas y circunstancias, por el bien del equipo de la ciudad en la que estamos.

Cambio en el banquillo

Lo que ocurre en estos casos es que llega al banquillo un nuevo técnico, hay unos costes adicionales, pero bien venidos sean si el recién llegado ya sabe lo que hay dentro y como va a tener que actuar, a pesar de que el mercado de invierno, mala suerte, ya se ha cerrado.

Hay, no cabe duda, que controlar el avispero ese que había y no sé si hay en el vestuario ceutí. Y lo peor de todo esto es que luego, cuando se ve claramente de donde parten muchos de los problemas, hay quien defiende “a capa y espada” a ciertos jugadores que donde únicamente se han mostrado efectivos, a lo largo de esta y otras temporadas, ha sido en los pubs nocturnos. En el campo el “timo de la estampita” y jugando en el terreno de nadie.

Aunque en algún momento ya, el pasado domingo, estuvieron sobre el terreno de juego los cuatro refuerzos del mercado de invierno, de salida, yo no lo sé, si ante el Polideportivo Ejido, van a estar todos ellos, o si va a seguir la confianza en alguno de los que no la merecen por llevar una temporada rindiendo a menos del 50% de lo que podrían rendir. Sea como sea, jueguen unos u otros, no seremos nosotros los que entremos en alineaciones de ningún tipo, porque para eso hay una persona capacitada para hacerlas, lo que sí es cierto es que el crédito puede empezar a terminarse para algunos, con lo que quienes estén en el banquillo, de salida, deberán estar atentos porque ahora ya no se puede jugar con despistes de patio de colegio o de juveniles, que son los despistes que está habiendo, por ejemplo la falta que precedió al primer gol en Granada, desde hace muchas jornadas y que no parece que sea fácil corregirlo.

Un técnico con personalidad

Aunque joven. Es lo que, particularmente, pienso sobre el nuevo entrenador del Ceuta, que ha venido a este equipo con ganas de conseguir todo y sabiendo que tiene mucho que ganar, y mucho menos que perder, por cuanto él ha cogido el equipo fuera de la zona de play off, aunque muy cercano a esos puestos, con lo que si logra meterlo ahí, ya habría logrado lo que no se hizo el año pasado, con las mismas maniobras, aunque hechas un poco más tarde.

Si al final de temporada están entre los cuatro primeros se habrá logrado el objetivo propuesto y no logrado un año antes, en cuyo caso habría que decir:”manda huevos” que cada año haya que cambiar de entrenador para lograr lo que debiera haberse conseguido con el que ha comenzado la temporada.

Me consta que José Diego Pastelero se ha tomado esto con todo el interés del mundo. Está día y noche pensando en todas las posibilidades y en todos los cambios que deberá hacer para mejorar, lo mejorable, de la situación y sé que no le va a “temblar el pulso” si un día tiene que dejar a “algún imprescindible” fuera de las alineaciones. Sé, también, que si hay quien, desde dentro o desde fuera, se la intenta jugar él “los tiene muy bien puestos” para no tolerar los jolgorios, ni mucho menos el reírse de la entidad, del técnico, ni mucho menos de la ciudad que está sufragando los muchos gastos del equipo. Por consiguiente, ¡¡Ojo al parche!!, que la “época de la siesta” no ha llegado aún, y aunque no queden muchas bazas, porque el mercado de invierno se ha cerrado, hay otras posibilidades para lograr todo lo que se necesita.

Arrimar el hombro

Hace una semana y por aquello de que nunca tuve nada en contra de la directiva del Ceuta, como tampoco tiene nada en contra esta casa, a petición del presidente de la entidad, Felipe Escane, tuve una reunión en la sede del club, con los pesos pesados del Ceuta. En la entidad hay preocupación, no es extraño, ven lo que se avecina y pretenden que se reme, por parte de todos, en la misma dirección.

Por mí y por esta casa, y por RNE que es donde yo cubro la información del deporte, no habrá el más mínimo problema en apoyar en todo lo que sea lo mejor para la entidad y para su posible “ascenso”.

El apoyo, que no el cheque en blanco al portador, no va a faltar, pero nosotros no marcamos los goles, nosotros no vemos las cartulinas amarillas en el momento más inesperado, ni tampoco mientras estamos escribiendo o preparando la información, digo que tampoco, al mismo tiempo estamos de “farra”, y es que si esa ruta, siendo jóvenes, como son, la siguen ciertos componentes de la plantilla, podrán lograr unos objetivos, pero con lo que algunos han hecho, hasta ahora, al único objetivo que se va es al fracaso.

Y sabemos que se puede perder un partido, dos o media docena pero entregándose y dando todo lo que tienen, pero perderlo como se perdió ante el Betis B es una indecencia. Sin más.
 

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