Son como la “plaga” que acompaña a
las lluvias de las últimas semanas, sin que haya coto para
ellos, en cualquier punto de la geografía de nuestro país y
fuera de él.
Y es que la gran cantidad de agua caída, incluso en las
zonas en las que no llovía casi nunca, ha removido el suelo,
hasta “los cimientos de los cimientos”, dejando cualquier
desnivel, corte o puntos más elevados, a merced del agua que
se había ido filtrando en la tierra.
A lo largo de los años, venimos diciendo en muchas ocasiones
que tratamos todo lo de la naturaleza como si fuera un
juguete, con el que podemos hacer lo que nos plazca, pero lo
que ha quedado demostrado, a lo largo de la historia es que
cada tierra tiene su sitio, las aguas tienen sus salidas
naturales y la multitud de felonías que, especialmente,
desde la construcción se han hecho, tratando de desviar
regueros naturales, a base de rellenos con todo tipo de
escombros para ir ganando unos metros más en los que poder
construir, tarde o pronto trae sus consecuencias.
Hace varios años, lo recuerdo como si fuera ahora mismo, en
una de mis muchas visitas al Principado de Andorra,
casualmente, entablaba conversación con una señora en uno de
los establecimientos de Andorra la Vella y la señora mirando
de frente hacia “El Pirineo” me decía:” Es un ultraje lo que
están haciendo en toda la ladera, el día que “El Pirineo”
comience a rugir, estaremos todos perdidos”. Esta señora
tenía toda la razón allí, como la pueden tener en Ceuta o en
mi pueblo, quienes protesten porque lo que era hace unos
años un simple barranco, hoy aparece completamente llano,
porque se ha rellenado de escombros, se ha aplanado,
aparentemente mucho con pesadas máquinas, y se ha logrado
una extensión un poco más grande en la que se podrá
construir un nuevo, o varios edificios, sin importar la
seguridad de su base y lo que puede acarrear cuando las
aguas lleguen, como han llegado en estos últimos meses.
Y entro en este tema, porque veo que también en Ceuta se
manifiestan los corrimientos de tierra, especialmente cuando
hay lluvias en abundancia, y ahora las hay. Así, acabo de
ver:” Un desprendimiento ... bloquea el acceso a la
potabilizadora”.
La cosa no podía ser de otra forma, la persistente lluvia,
acompañada en muchos momentos de viento, ha provocado el
desprendimiento de parte de una ladera del camino hacia la
potabilizadora.
Ahí está lo que he comentado más arriba, una ladera, acaso
“reconstruida”, bien por almacenamiento de metros y más
metros cúbicos de cascotes, o “reconstruida” por un corte
para hacer un camino o vía, por donde antes no iba, sin
haber previsto el empuje que podían tener esas tierras, en
cuanto han llegado las aguas ha saltado por la parte más
débil, por los escombros o por las tierras menos agarradas.
Y es que todos esos “rellenos” que estamos citando, son muy
pocas las veces que llevan sobre ellos siembras de árboles
con lo que esas tierras tendrían un mayor agarre, formando
una sólida red y que serían mucho más difícil arrastradas.
De todos los corrimientos de tierras que estamos viendo
estos días y que están ocasionando tantos desastres, en muy
pocos de ellos hemos visto que hubiera arboleda, que
sirviera de más agarre y lo que sí estamos hartos de ver son
los cortes en el terreno que dejan las tierras a merced del
agua y del viento.
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