Es lo que, al menos, nos aportó el encuentro que jugaron en
Los Cármenes, donde no sacaron nada, pero en donde dieron
más la cara estuvieron más entonados, controlaron más el
balón, pero ...
Y en esto no hay quien les haga cambiar, volvieron a tener
los despistes imperdonables que terminan en gol, a los pocos
minutos de comenzar el encuentro.
Un gol muy temprano
No le había dado tiempo al nuevo míster de disponer el
equipo como él quiere que juegue, cuando en jugada ensayada,
a los 3 minutos y medio de partido, tras sacar una falta el
equipo local, la defensa del Ceuta no es capaz de despejar,
en tres rebotes, con siete hombres del Ceuta en el área y el
balón se marchó al fondo de las mallas.
A José Diego Pastelero se le debió venir el mundo encima y
no digamos al cancerbero Bonis, cuando la primera pelota que
tocó fue al ir a recoger del fondo de su portería el balón
que significaba el primer tanto del encuentro. Para él sería
una sorpresa, para mí no lo fue.
Todos los esquemas habían saltado por los aires y la
sensación de la pérdida de otros tres puntos llegaba
excesivamente pronto, cuando la defensa, todavía, no había
despertado de la siesta. Una más en la temporada.
Reacción positiva
Enfrente había un buen equipo, que en la primera vuelta,
aquí en Ceuta, perdió por venir “de sobrao”. En su casa era
la incógnita, y más tras haber recibido un serio correctivo
la semana anterior, ante un equipo de medio pelo.
El Ceuta no se arrugó, plantó cara, trató de jugar de tú a
tú y se podía hacer la hombrada. El Ceuta estaba jugando más
alegre, dominando más los terrenos y eso que, cada jornada,
en el Ceuta se juega con uno o uno y medio menos, porque
habrá que decirle a alguno que, de una vez, quite el freno
de mano, y a otro que una temporada no se completa con dos
goles bonitos y tres jugadas de filigrana. En una temporada
hay que dar más la cara y visitar menos los pubs. En una
temporada hay que jugar, o tratar de hacerlo, todos los días
y en cualquiera de los campos en los que se juegue.
Aun con esos defectos el Ceuta era otra cosa, no sé si
porque va a cambiar desde ahora, o porque la impresión del
nuevo técnico y el escaparate, cara al futuro, así lo
aconsejaba en el guión.
Al descanso se llegó con 1-0 pero había habido ocasiones
para haber logrado el empate y aún había 45 minutos por
delante. El partido no estaba acabado y se podía sacar algo
positivo.
Los dos penaltis
Creo que uno y otro lo fueron en la misma medida, por mucho
que hay algún miope que cierre los ojos, según en qué
dirección vaya el balón, y en qué momento suceda.
En el minuto 13, de este segundo tiempo, por si había
alguien supersticioso, llegó la jugada clave para el Ceuta,
con el penalti a su favor y con Aarón Bueno que lograba el
empate. Esto no es extraño en este jugador, que cada día
demuestra lo que es y se gana lo que le pagan.
Al público de Los Cármenes no se le arrimaba la ropa al
cuerpo y menos, todavía, cuando el Ceuta controlaba muy bien
el balón. Eran dos equipos muy equilibrados, se había
logrado lo difícil y no había que tirar lo logrado ya.
El Granada no tenía más remedio que coger las riendas del
encuentro, su público le recriminaba el juego y, más
todavía, el resultado. El dominio era alterno, porque el
Ceuta estaba haciendo su partido, muy diferente de lo que
había hecho las dos semanas anteriores.
En el minuto 25 llegó el principio del final, con otro
penalti, ahora en el área del Ceuta y con Tarik que
estableció el 2-1 que sería definitivo.
Nada que objetar al penalti, pero sí mucho que objetar a no
haber sabido, una vez más, controlar el resultado, cuando lo
difícil se había hecho. Era, en esos instantes y
circunstancias, el Ceuta al que nos estamos acostumbrando
ya.
Luego los cambios y habría que ver si “sonaba la flauta”,
pero ya poco más se podía hacer, con lo que únicamente un
cabezazo de Postigo, que se marchó fuera, es lo que podemos
reseñar, en el último cuarto de hora.
Seguimos como estábamos
Pero con un partido menos por delante. Y eso que durante
varios minutos estuvieron sobre el terreno de juego los
cuatro refuerzos del mercado de invierno, que ni aportaron
nada nuevo especial, ni defraudaron, cumplieron y ya es
bastante, de momento.
Ahora ya a esperar al Polideportivo Ejido, un gallito que
cada día canta menos, en su propio corral.
Para el Ceuta, sí debe ser un partido clave, porque no ganar
es alejarse ya demasiado, y creo que es bastante con que ya
esté distanciado de los dos primeros, pero no del 3º y 4º,
que están a tiro de piedra.
Ahora mismo, y esto no lo debemos olvidar, el Ceuta está a
la misma distancia del primero que del 15º el Estepona, 11
puntos de diferencia el de la Costa del Sol por abajo y el
Melilla por arriba, además de que el calendario es sólo
regular, al tener que viajar a Roquetas, equipo muy
irregular, y a Jaén, o al campo del Sevilla Atlético.
Quedan por delante 13 encuentros, 39 puntos en juego, una
eternidad, pero si de los últimos 9 sólo se ha logrado 1,
cualquier especulación que hagamos es una temeridad, sin
más.
Y otra vez los árbitros de juveniles
No puedo dejar sin tocar esto, una vez más, y mucho menos
esta semana. Es un tema que ya hemos tratado muchas veces y
que parece que a los responsables de las categorías estas de
los juveniles les importan un pimiento, o no les importan un
bledo.
Las federaciones organizan las competiciones, cuantos más
equipos haya mejor para ellas, pero en cuanto se habla de
dinero ..., que si quieres arroz y así, desde las
federaciones toleran y no si no estarán apoyando que las
competiciones estén adulteradas cada semana. Si no están
apoyando esto, ya tendrían que haber puesto remedio.
Sin ir más lejos. Una vez más esta semana. El Hilal
Deportivo se queja de que han sido víctimas de un mal
arbitraje ante el Pueblo Nuevo La Granja. Victoria 7-1 del
Pueblo Nuevo. Con este resultado toda la culpa no la puede
tener el árbitro pero cuando se habla de más de 20 fueras de
juego señalados contra el Hilal y sólo 2 contra los de casa,
ya empezamos a dudar de la catadura, deportiva, de esos tres
desahogados que actuaban como “jueces”.
Eso fuera, pero aquí no le vamos a la zaga, y en el UA Ceutí
– Córdoba B, 2-1 en el marcador al final del encuentro.
Marcaron los visitantes a los 12 minutos de juego y en la
segunda parte 1-1, el tanto del UA Ceutí de penalti. El
árbitro Medí, ese colegiado que no sé, todavía, como se le
permite pitar en estas categorías, y comprendo menos todavía
que el Comité Territorial lo nombre para dirigir este tipo
de encuentros. El desahogo viene del trencilla y de quienes
un día y otro le dan los nombramientos. Este árbitro no
debiera pitar. Pero claro, luego vienen las federaciones, la
andaluza más que esta, con desahogo al cuadrado, al no
solucionar, de una vez, esto.
Yo sé que es difícil, pero entre las dificultades y las
golfadas prefiero las dificultades, porque en ellas, en
solucionarlas entra la dignidad y el buen hacer de las
gentes. En lo otro ... ¿Para qué seguir?.
Voy a volver todas las semanas con ese marcaje que haremos,
a lo largo de la temporada a los árbitros de juveniles, aquí
y fuera, porque sabemos que pitar es difícil, que pueden
tener errores, pero el tener el error siempre en una misma
dirección es una golfada, y el que comete golfadas no es un
San Agustín, por ejemplo.
|