Hoy en día la caza ya no responde a una necesidad básica, la
actividad cenegética está abocada a ser cada vez más
respetuosa con nuestro entorno natural, desde nuestra
sociedad se está promoviendo una dimensión más ética de la
caza, las nuevas políticas medioambientales, en materia de
caza están encaminadas a favorecer la cooperación y la
no-competencia de la caza con la conservación del medio
amgiente, en la Directiva de Aves (74/409/CEE) y la
Directiva de Hábitats (92/43/CEE), la caza se entiende como
un sistema de explotación de especies regidas por firmes
principios de respeto hacia ellas.
No hay mayor ecologista que un buen cazador, somos amantes
de la Naturaleza, vivimos los diferentes ameneceres,
disfrutamos con lo que nos ofrece la Naturaleza, tenemos una
moral campera difícil de superar, esta afición nuestra
combina deporte con pasión e ilusión. Presicamente, los
cazadores somos las personas que están más interesadas en el
desarrollo de estrategia positivas, para la subsistencia de
poblaciones de animales cinegéticos silvestres.
Si Seo/Birdlife de Ceuta, quiere hacer un censo de perdiz
moruna ppuede contrar con la cooperación de los cazodors y
con la ayuda de nuestros perros especializados y adistrados
para encontrar a los ejemplares más escondidos, y lograr
hacer conjuntamente un censo real de la población, claro
está molestando lo menos posible a los bandos existentes, se
podrían hacer dos censos el primeros antes de la temporada
para ver la tasa de reclutamiento o ntalidad efectiva y el
segundo después del período de caza. Si cazadores y
conservacionistas comprobasen que la densidad de ejemplares
autóctonos, no permitiera la recuperación de la especie por
sí misma.
Los cazadores por la parte que nos corresponde, estamos
aplicando normas internas para adecuar la caza para no
sobrepasar las capturas máxima sostenibles. Técnicamente
existen muchas y diversas soluciones; por un lado, las
restricciones del tiempo de caza: fecha de apertura y
cierre, calendario, los horarios de caza, por otro, las
restricciones de espacio: sectores de caza autorizados,
reservas de caza, y zonas de adiestramiento de perros. Y por
otro lado, los cupos de capturas que pueden fijarse por día
de caza, para el total de la temporada o para el conjunto de
los cazadores en la temporada.
Para dar respuesta a las necesidades que tiene la demanda de
la caza, se podría recurrir a la traslocación es decir
introducción de ejemplares salvajes de perdiz moruna o la
repoblación con ejemplares de granja con certificado de
calidad y pureza genética, como los ejemplares con los que
cuenta en la actualidad la sociedad de cazadores de Ceuta.
Si se ve por el campo alguna epecie alóctona, que se ha
escapado fruto de algún robo que se produjo en Ceuta en
alguna granja o proveniente del país vecino y que tras
lograr sobrevivir se ha adaptado perfectamente al monte
cuetí como es algún faisán, no debería de ser un problema
para algunos ecologistas, que parecen ser que han visto en
vez de un faisán una familia de meloncillos capaces de
eliminar tanto a reptiles o anfibios autóctonos como a un
bando de perdices morunas, hay que corregir acciones graves
como; los inmigrantes que limpian su ropa y se bañan en el
arroyo del pantano, llenando de jabón el agua que va a parar
al pantado de donde bebemos todos, toda la basura que hay
por el monte, la obra de la cárcel nueva (esperemos todos no
sea una avanzadilla para próximas construcciones), el
asfalto del pantano, “esa carretera” de Banzú, por citar
algo.
La población de caza menor que se encuentran en declive,
mayoritariamente lo están debido a la destrucción de los
hábitats que las sustentan, en menor medida por los
predadores naturales (jabalí, meloncillo,...) o los
predadores asilvestrados (perros, gatos,...) y no
exclusivamente por los cazadores.
|