‘La callada’, que en su segundo año de existencia ya
se ha ganado el cariño de los ceutíes, se trasladó ante las
posibles lluvias desde la plazoleta principal del Poblado
Marinero hasta ‘La sala’, que estuvo desde su apertura
abarrotada de vecinos. Además de los tradicionales callos,
se pudo degustar paella y pinchitos morunos, todo ello a
precios simbólicos.
El año pasado funcionó muy bien y este año lo ha hecho igual
o mejor. ‘La callada’, creada por el grupo ‘Las etiquetas’
para “llenar este domingo después del concurso, que hasta
ahora había estado algo huérfano” en palabras de su
secretario, Juanjo Alarcón, va camino de convertirse en una
de las grandes tradiciones del carnaval ceutí.
La todavía persistente amenaza de lluvia no fue un problema:
la comilona se trasladó desde la plazoleta principal del
Poblado Marinero hasta ‘La Sala’, que a las 13:00 horas ya
estaba hasta arriba.
El menú fue variadísimo: callos, paella y pinchitos morunos
que los asistentes acompañaron con pan y aceitunas. Cada
plato a un euro y medio, al igual que cada cerveza o
refresco.
“La comida está siendo todo un éxito y la gente no para de
llegar”, señaló uno de los autores de este menú, el cocinero
Rashid Erkraken, mientras mimaba sonriente la enorme paella
de la que no paraba de servir platos listos para degustar.
“Está todo riquísimo, y el ambiente es inmejorable”, opinó
la vecina Pepi Reyes, que acudió a la cita con sus
familiares y sus amigos y que pensaba que “organizar este
evento ha sido una gran idea”.
“Vamos a estar aquí comiendo y pasándolo bien hasta que el
cuerpo aguante”, afirmó también Esther Úbeda, propietaria de
‘La Sala’, secundada por Cristian Cajal, miembro de la
comparsa ‘Y quién soy yo’, que aseguró que se iban “a quedar
en la fiesta hasta el final”.
“Esta callada es una celebración sin ánimo de lucro con la
que sólo buscamos pasar un rato agradable”, explicó
finalmente el secretario de ‘Las etiquetas’, que señaló que
“es un pistoletazo de salida muy adecuado y divertido para
lo que será el Carnaval que irá por las calles”.
‘La callada’, con únicamente dos años de existencia, ya se
ha ganado un lugar en el corazón de los ceutíes.
|